Capítulo 12

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— ¿Y el dragón? —murmuró decepcionado Natsuo — ¡Estaba justo aquí!

Shoto había seguido a su hermano mayor al patio para tener un motivo con el cual distraerse. Seguía sin creer en totalidad que el príncipe de los dragones, heredero de Hinokoku, Bakugou Katsuki halla sido simplemente Ryuu para él durante tanto tiempo.

Y que, además estuviera comprometido con Izuku. Aunque daba sentido a su relación, le hacía tener una sensación amarga que lo que sospechaba se hubiera confirmado de aquella forma.

Natsuo hacía pucheros por no encontrar al dragón y pese a que su hermano menor estaba ahí con él, su presencia era equivalente a la de una pared. Así que, cuando finalmente se aburrió de su búsqueda, le dio un leve golpecito para llamar su atención.

—Sho, sé que duele que alguien a quien consideras un amigo te hubiera mentido, pero debió tener sus razones —intento hacerlo razonar respecto s ese tema que parecía haber afectado a su hermano menor — ¡Además, tal vez el príncipe de los dragones solamente quería tener una luna de miel privada con su futura esposa! ¿No crees?

La expresión del bicolor se volvió más amargada y una lluvia de nueces cayeron sobre la cabeza del albino.

— ¡Auch! —se tocó la cabeza el tercer príncipe — ¡¿De dónde vino eso?!

Los dos Todoroki alzaron la cabeza hacía la copa de un alto árbol donde, sentado despreocupadamente sobre una rama, se encontraba un joven de cabello pelirrojo y ojos del mismo color, usando un chaleco sobre su torso desnudo, un pañuelo alrededor de su cuello y un pantalón holgado de color blanco.

El menor lo reconoció como el mismo pelirrojo que había visto el otro día. El que podía transformar en dragón.

—Ahí está tu dragón, Natsuo-nii —señalo el bicolor por si su hermano no podía llegar a esa conclusión por su cuenta  —Disculpe, ¿no le gustaría bajar?

El pelirrojo les vio desconfiando. Había lanzado aquellas piedras cuando escucho la insinuación acerca de la relación entre la pecosa y el cenizo y pese que sabía que lo de los "prometidos" era falso —el monarca se lo explico hacía tiempo— no podía tolerar que alguien pensara que la única razón que tenían ambos para estar en Endveador era por una "luna de miel".

Izuku había ido a estudiar y Katsuki a cuidarla. Aún si fueran de verdad una pareja, el cenizo no pasaría su luna de miel en un solo lugar y la pecosa tampoco.

—Gracias, pero estoy cómodo aquí —rechazó la invitación.

—Ryu...el príncipe Katsuki Bakugou fue llevado al ala oeste del castillo pata que pudiera descansar —informó el bicolor — ¿No le gustaría acompañarlo?

Persuadir al metamorfago con eso pareció funcionar, porque de un ágil movimiento bajo del alto árbol y cayó frente a los dos príncipes. Entonces, Natsuo fue testigo de que tenía una cola larga, llena de picos de un intenso color rojo, como la del dragón que había llegado a su castillo.

—Agradezco su amabilidad, me llamó Kirishima Eijirou, soy un guerrero de Sei Ryu al servicio de su alteza Katsuki —se presento formalmente el pelirrojo, haciendo una leve reverencia y volviendo a ponerse derecho —Quiero agregar que su majestad la reina, Mitsuki Bakugou y la sacerdotisa del dragón, Inko Midoriya deberían llegar en brevedad.

—Gracias por decirnos —agradeció el bicolor y giro la cabeza para ver hacía su hermano mayor que seguía algo aturdido —Natsuo-nii, ve a decirle a madre y Fuyumi-neesan de la llegada de la reina y la sacerdotisa de Hinokoku. Para que puedan prepararse.

— ¿E-Eh? Oh, sí, claro —asintió distraído el albino.

El cuarto príncipe guió a su invitado hasta el ala oeste del castillo, donde tenían preparadas habitaciones para sus huéspedes especiales, la que le habían asignado al príncipe de Hinokoku era una individual y con un balcón que daba hacía al patio. Al llegar hasta la puerta de roble de esa habitación, dudo en tocar la puerta y se dio media vuelta, a punto de decirle al metamorfago que lo hiciera por su cuenta, sin importar que eso sería bastante descortés de su parte.

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