Capítulo 27

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—Y si se les ocurre agregar algo, me gustaría decirles que el mismo rey Jiro confesó todos sus nombres y que los mismos nobles involucrados en Yuki no okoku están cumpliendo adecuadamente su sentencia —sonrió de oreja a oreja el cenizo —Tambien, el príncipe be...Shoto, se encargó de verificar todos sus pagos, o mejor dicho, sobornos y transacciones con los esclavistas. Así que nada que lo digan podría ser verídico si, detrás, hay dinero llenando sus bolsillos.

Varios de los nobles habían intentando escapar de la sala al ir escuchando el discurso de Katsuki, asustados de ser expuestos y tratando de alegar falsamente que eran inocentes, cuando Shoto había recopilado toda la información en su contra posible y esta se encontraba distribuida tanto como para la familia real, como para la corte.

Los guardias habían detenido un par de nobles en el mismo lugar. Testu y Awase se encontraban encogidos en una esquina desde que el hombre que los compro amenazó con devolverlos a los esclavistas si no se callaban durante sus testimonios. Solamente cuando los hermanos Iida, vestidos con armaduras brillantes y relucientes, dieron un paso dentro de la corte para apoyar sus testimonios, pudieron calmarse y seguir adelante pero permaneciendo en sus lugares.

Natsuo se sintió asqueado que personas tan viles hubieran querido sacarlo de su posición. Teniendo un escalofrío cada vez que pensaba de qué sería del reino si ellos pudieran haber salido indemnes de todo.

Fuyumi se limitó a mantener una mirada serena en los nobles y amable hacía Tensei y Tenya por haber venido al juicio. El primero no había querido ayudarla al inicio, creyendo que lo que hacía sería un abuso de su poder pero se alegraba muchísimo que, al final, se aliara con ella. En cambio, el segundo tenía un fuerte sentido de la justicia que la joven princesa compartía y buscaba fomentar al hacerlo participe de este evento. Además que, asumía que su compañía sería de mucha ayuda para los otros dos jóvenes que, en verdad, pasaron un muy mal momento dentro de la corte.

—Palabras muy sabías, su alteza Katsuki. Me parecen apropiadas para estás personas que perdieron el camino de la nobleza e incluso la humanidad al llevar a cabo tales negocios —dijo la reina en un tono tan frío como el hielo —Acusaron a mí hijo e hicieron que el otro estuviera en peligro. Mis estimados señores, ¿recuerdan lo que les dije el día del juicio a mí Natsuo? Acerca de que los crimenes contra la familia real, se pagaban de formas que eran peores al exilio.

—R-Reina Rei, por favor, misericordia —rogó uno de los nobles en el suelo — ¡Solo seguía las órdenes de otros! ¡Piedad!

— ¿Cuando usted no la tuvo por los esclavos en el campo de Yuki no okoku? —se alzó la voz de Enji desde el trono — ¿Cuando los compraban, usaban y tiraban como basura? ¡¿Cómo te atreves a pedirle piedad a la reina cuando han hecho bajezas imperdonable para nuestro reino?!

El fuego apareció de forma inesperada, rodeando al rey en círculos, amenazante y depredador, demostrando la ira que había estado guardando en su interior por tanto tiempo. Los nobles temblaron, algunos felices de morir en las llamas del rey para así evitarse el tormento de la cárcel y la humillación que se vería en el rostro de sus familias. Pero no tuvieron esa suerte, el frío viento helado y la nieve se acercaron al enfurecido fuego, derritiéndose para apaciguar las llamas.

Mitsuki y Katsuki admiraron la magia del hielo por parte de la Rei y Fuyumi con cierto deleite, pese a que sus pieles se erizaron y tuvieron la necesidad de alejarse del lugar. Había algo maravilloso en aquella magia, en los copos de nieve y en el viento frío rodeando la corte.

Pero tampoco se quejaron cuando la sensación y el espectáculo se terminaron.

El pelirrojo volteo a verlos, un rostro cansado y con sombras del enojo presentes que se vieron opacadas por un leve carraspeo viniendo de su propia garganta.

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