Capítulo 28

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Natsuo buscaba al monarca de Hinokoku para agradecerle no solo la ayuda en el juicio de hoy, si no por haber estado también al lado de su hermano menor en Yuki no okoku. Tenía como meta lograr que el menor aceptará su pequeño regalo, habiendo escuchado las palabras de la reina Mitsuki, le busco unos dulces típicos de Endveador esperando que le gustarán y mostrarán lo agradecido que estaba.

Lo que menos espero fue que en el trayecto en busca del menor de los Bakugou, los sirvientes le comentaran que fue visto con su hermano menor en los patios y que hacía tiempo estaban ahí, solos. Ellos no podían pasar al no ser llamados y los guardias solo vigilaban los alrededores, así que los vieron entrar al patio y no los volvieron a ver salir, por eso asumían que seguían ahí.

El tercer príncipe pensó que no perdía nada con ir revisar, aunque creía que los menores estarían dentro del castillo con sus amigos o su hermano menor en sus habitaciones leyendo algún libro al no poder ir a la corte actualmente.

La sorpresa que se llevó cuando los vio a ambos en una capilla, en una posición demasiado íntima y con sus bocas unidas en lo que parecía un tímido beso adolescente, se resumía en que dejó caer los dulces al suelo y camino hacia atrás buscando volver a los pasillos que conectaban con el castillo.

Una vez ahí, tras la seguridad de una pared, Natsuo se pregunto qué fue lo último que comió y que tan mal estado estuvo como para hacerlo alucinar de aquella forma estando despierto. Por supuesto, después, cuando un rojo Katsuki se chocó con él y vio a su hermano menor en su persecución, supo que nada de eso fue una ilusión y que sus ojos vieron la realidad.

Shoto había estado besando al príncipe heredero de Hinokoku en los patios del castillo, en la privacidad de una campanilla, durante quién sabe cuánto maldito tiempo.

¡Oh, mierda!

¡¿Por qué tuvo ser él quien descubriera eso?! ¡¿Y ahora que hacía?! ¡¿Lo interrogaba, le contaba a su hermana o sus padres?! ¡¿O debía burlarse como haría Touya, para ocultar su incomodidad, si ese fue el primer beso de su hermanito?!

¡Dios del Sol! ¡Ayúdame!

Natsuo quería llorar pero, al menos, sostuvo por el brazo a su hermano menor antes que siguiera persiguiendo al monarca y negó con la cabeza despacio.

—Me parece que no te quiere cerca en este momento.

Aunque antes parecía bastante cómodo.

El albino sacudió la cabeza, eliminando la imagen fresca del monarca en las piernas de su hermano menor, donde sabía únicamente que se trataba de él por aquella capa roja tan características y su cabello en punta de color cenizo.

—Pero Natsuo-nii...—intentó protestar el bicolor que tenía las mejillas rojas y la respiración agitada —Necesito ir a hablar con él.

— ¿Sobre qué?

El rostro del menor se sonrojo y el albino intento mantener una postura sería, que obviamente, no logro.

—N-No te importa —tartamudeo nervioso el bicolor —Es entre él y yo.

—Lo sé, el problema es que, lo vi Shoto —confesó el albino sumamente incómodo —El beso.

El cuarto príncipe sintió que echaba humo por las orejas y completamente rendido, se sentó en el piso del pasillo, con la espalda tocando la pared y la cabeza oculta entre sus piernas encogidas cerca de su pecho.

—Él fue, no yo —murmuro en voz baja —El que empezó el...b-beso.

—Bien —asintió el albino, sentándose a un lado de su hermano.

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