Capítulo 9

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- ¿Nunca podrá curarse?

Eijirou no entendía varios de los complicados tecnicismos que uso Izuku para explicarle lo que hacía por el primer príncipe del reino de Endveador pero si podía entender lo beneficioso que sería ser curado o seguir enfermo.

A Katsuki también le interesaba aquella respuesta, así que, junto al metamorfago incómodo a la pobre alquimista en la mesa con sus miradas en busca de respuestas.

- ¡N-No me miren así! ¡Ya es bastante bueno que pueda tratarlo! -se defendió la pecosa, nerviosa e inquieta -E-El primer príncipe tiene un poder mágico increíble pero su cuerpo es el que no se adapta a él. Sin importar lo mucho que trate su magia, no puedo curarlo.

-Entonces, ¿siempre será un peligro? -cuestiono el pelirrojo.

-No...tal vez sí....-se contradijo la femenina -Si excede su poder en estos momentos sería muy grave ya que echaría hacía atrás todo mí trabajo y habría que empezar de nuevo. Pero mientras el primer príncipe no use su poder de aquella forma, no debería de haber problema.

Mientras no use su poder, ¿eh?

Bakugou había estado analizando al primogénito de los Todoroki y llegó a la conclusión de que sabía mejor que nadie en la posición en la que estaba. No usaría su poder de forma imprudente, a no ser que no le quedará otra salida.

El problema era que cuando su amiga murió, los testigos aseguraron haber visto llamas poderosas por todos lados. Sin embargo, a estás alturas, en su memoria no estaba el detalle si estás llamas habían sido de color azul o no.

Además, el azabache no parecía capaz de lastimar a Midoriya, la persona que lo estaba ayudando y con quién hablaba amablemente mientras estaban en el tratamiento.

Ellos podrían haber sido utilizados por alguien más, algún noble que tuviera algo contra la familia imperial y se beneficiará de la muerte del primogénito del rey. Después de la muerte de el primer príncipe, la reina madre cometió suicidio por la pena, el tercer príncipe fue mandado a la horca por traición a la corona por haber hecho malversaciones en las Obras Públicas y la única princesa fue obligada a casarse por el rey para que pudieran tener una alianza militar contra otro reino cuando yo llegue a hacer la guerra. Después, sin motivo, ascendió al trono el dos caras.

El cenizo frunció el ceño buscando más información en sus memorias respecto a esos hechos pero era un momento de su vida donde estaba muy cegado por el dolor y la ira debido a la muerte de su amiga de la infancia, como para tener algún dato relevante respecto a la familia que la llevo a eso.

Lo mínimo que tenía en claro era que Todoroki se había casado, al igual que su hermana mayor, con la hija bastarda -de un rey y una concubina- de un pequeño reino fronterizo para conseguir una alianza militar. Y lo recuerda claramente porque su esposa para él fue una jodida molestia durante la guerra.

No podía recordar su nombre o el apodo que usaban los soldados para referirse a ella. Pero sí que era una mujer de cabello azabache corto y ojos negros como la noche, junto con un carácter feroz y noble que jamás había visto en otra persona.

Su matrimonio fue por conveniencia pero sería imposible que ese maldito no se hubiera enamorado de ella.

Kirishima noto como el rostro del monarca se transformó en una mueca y vio que dejaba de lado la comida, para después pararse de la mesa.

-Me iré a dormir -declaró el cenizo con cierto malhumor que intrigó a los otros dos -A Eijirou le toca la limpieza de hoy.

El mencionado asintió y la femenina le deseó una buena noche al cenizo. Luego, los dos escucharon sus pasos perdiéndose en las escaleras hacia el piso de arriba.

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