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La mañana de Víktor fue como todas las anteriores desde la llegada de Gael: Se levantó en su sagrado horario mañanero, este siendo a las 6:00 a.m., con el cual, nada más despertar, tuvo que levantarse inmediatamente de la cama.

Fue hasta la habitación de su hijo, con el propósito de ir a despertarlo, entró por la puerta y prontamente se encaminó hacia su colchón. Se sentó en la suave superficie dándole la espalda, se giró levemente a la derecha y llevó su diestra hacia el cabello del menor.

Acarició con parsimonia la ondulada cabellera del castaño, logrando con aquellos movimientos que se removiera sutilmente. Adormilado, el pequeño se volteó hacia donde se encontraba el mayor.

Volkov, sin decir palabra, se alejó de su lado y caminó hasta el apagador de la cómoda. Encendió la luz, y al instante Gael cerró sus ojos ante la radiante brillo que se instalaba en su cuarto.

El ruso rió ante sus gestos. 

El niño se tapó con sus edredones, cubriéndose hasta la cabeza, en ocasiones le era difícil levantarse completamente y su padre lo sabía. El soviético se acercó a él y jaló con algo de fuerza sus cubiertas, dejándolo inmune.

Expulsó un breve bufido, no uno severo y molesto, aunque probablemente esa era su intención, si no un suspiro pesado.

Víktor rodó los ojos divertido por aquello. 

Le animó, una vez más, a por fin levantarse, cosa que hizo a regañadientes y sin negarse. Siempre cedía ante su papá. Se irguió de su cama, pisando inmediatamente la alfombra que rodeaba el área de su cómoda, para después andar hacia la puerta de su baño, iría a asearse.

El peligris negó con la cabeza mientras mantenía una ligera sonrisa de labios cerrados. 

Se dirigió hasta el armario del menor, comenzó a sacar el uniforme del niño, lo colocó en su colchón, puesto que así su pequeño lo tendría más accesible. Al terminar de poner todo lo necesario, giró sobre sus talones y salió por la puerta del dormitorio.

***

Hizo el desayuno como de costumbre, uno balanceado y nutritivo tanto para él como para su hijo. Algo de fruta con yogurt y créales varios.

Era una comida rápida de comer, pero se demoraron un poco en hacerlo, ya que mientras comían el ruso le hablaba sobre la nota que necesitaba que entregara, además del propósito de esta.

Al concluir la comida, cada uno se levantó de su silla; Víktor fue a su habitación para cambiarse, y Gael se tumbó en el sofá a ver unas caricaturas cómodamente, ya estaba cambiado por lo que podría relajarse un tiempo más antes de irse.

Volkov se vistió como habitualmente lo hacía; camisa de vestir con pantalones negros y zapatos oscuros del mismo tipo que la camiseta. Casi todo su guardarropa se basaba en los mismos tipos de ropa, lo único que cambiaba eran los colores de las prendas y la forma en las que las proporcionaba al usarlas. Su pistolera marrón era la misma, solo que esta la mayoría de las veces estaba vacía, porque solo portaba armas de servicio. 

Salió de su habitación, yendo directamente a las escaleras, las subió y se dirigió hasta el salón. Se sentó en el sofá junto al niño, notando que este estaba embelesado viendo la televisión.

Permaneció observando el televisor unos cuantos minutos, o al menos hasta que mostraran el Pokémon del día. Esta vez no apostó por ninguno, tenía muy presente que la intuición no era su fuerte, no desde la última vez que perdió con su hijo en algo como esto. 

🦋/🍩PADRES⚡/🥃 - VOLKACIO AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora