🦋/🍩PADRES⚡/🥃 - VOLKACIO AU

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Horacio bajó decidido del auto, miró su entorno brevemente, y soltó un suspiro al ver que todo estaba en orden. Se giró levemente para posteriormente cerrar la puerta de su plaza, dio un paso a un lado y jaló la manigueta de la puerta conjunta.

─Vamos, cielito─dijo a la vez que metía medio cuerpo hacia dentro del coche.

Desabrochó a la pelirroja de su trasportadora y, al terminar aquella acción, cargó a la menor en brazos y la sacó del vehículo.

Cerró la puerta detrás de él, con un leve movimiento de cadera usando sus glúteos para cerrarla por completo, esto al tener las manos ocupadas. Seguidamente se encaminó con la niña en brazos hacia la puerta de su mansión, al estar junto al portal, sacó sus llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la entrada completamente.

─Ya llegamos... ─comentó a la nada mientras bajaba a la pequeña y la posaba en el piso. 

─¡Hemos llegado! ─exclamó la menor emocionada.

Horacio rió, y sonriente removió los cabellos rojizos de la ojiverde.

─Anda vamos─masculló risueño. 

Empezó a caminar hacia el interior de la residencia, y la chiquilla hizo lo mismo yendo en frente del mayor y un poco más rápido. Corrió prácticamente, inquietada subió las escaleras y se dirigió hacia su habitación. Pérez negó en silencio, manteniendo una ligera sonrisa de labios cerrados en su rostro.

Él se desvió del camino, dirigiéndose a su propia cómoda y adentrándose a esta al instante.

Se dejó caer en su cama de espaldas, soltando un ligero gemido al sentir la superficie suave, se sentía tan bien.

Bufó cansado, quería quedarse así, pero no podía. 

Se levantó de la cama desganado, tambaleándose levemente al sentir un leve mareo inundar su cabeza.

Comenzó a desvestirse, retirando sus prendas una a una, sintiendo su piel enchinarse ante el contacto con el aire del ambiente. Rápidamente fue hasta su armario, viéndolo por encima para buscar un pijama, escogiendo uno rosa pastel al verlo. Se colocó las prendas, sintiéndose cálido y cómodo al instante.

Salió de su habitación, y caminó hasta la alcoba de su pequeña, tocando la puerta al estar junto a esta. Al no obtener respuesta decidió entrar; notando de primeras a su niña de pie frente a su armario.

─¿Qué buscas, cielo? ─curioseó al mismo tiempo que se sentaba sobre la cama de la ojiverde. 

Pamela volteó a verlo, mirándolo de arriba abajo, notando el conjunto que traía puesto.

─¿Puedes buscar ese pijama por mí? ─preguntó suplicante─. No sé que ponerme... ─mencionó al mismo tiempo que se acercaba hacia su padre.

Él la cargó en brazos y posó en el colchón, acercándole su oso de peluche que ahí se encontraba.

─Vamos a ver─dijo mientras se levantaba de la cama, para acercarse al ropero de la pelirroja. Empezó a buscar entre las prendas el conjunto que se le asemejaba al suyo, sin embrago su tarea se vio afectada de realizar por toda la ropa que ahí yacía. 

─¿Desde cuando tienes tanta ropa? ─inquirió confundido a ver el montón de prendas─. Poco a poco te vas pareciendo mas a mí, eh... ─aludió divertido, ya que él mantenía el doble de ropa que ella.

─No sé, de repente ya tenía mucha... ─comentó distraída la niña mientras tomaba de los bracitos a su oso de peluche.

─Mhmmm─expresó el moreno.