🦋/🍩PADRES⚡/🥃 - VOLKACIO AU

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/15/07/202X\

=8:05 a.m.=

Después de dejar a su pequeña en la escuela, Horacio, se dirigió hacia su mansión; donde se vestiría para ir trabajar, se infiltraría un poco por la ciudad para ver que había de nuevo posteriormente de su día de descanso.

Se encontraba frente a su armario de ropa, en este se podían apreciar coloridos tonos de distintas prendas, al igual que varios accesorios y zapatos que se encontraban perfectamente ordenados.

En un lado del mismo, se hallaban los tonos oscuros, estos en una cantidad menor que las además, no solía comprar tanta ropa negra ya que su hija decía "El color negro es un color malo", por lo cual trataba de adquirir lo más mínimo de aquella tonalidad en prendas.

Selecciono algunas ropas en aquel matiz, las lanzo hacia su cama, cerró su closet y se giro hacia su colchón. Al estar frente a este comenzó a ordenar su atuendo, acomodando las ropas en el orden en las que se las colocaría, empezando de arriba abajo e incluidos accesorios, como su mascara y gorra.

Cuando estuvo seguro del orden empezó a desvestirse; quitándose primeramente su camisa blanca, que combinaba con todo aquel outfit que escogió junto a su pequeña esa mañana.

Su tonificado torso estaba a la vista, provocando que su piel se erizara ante una liviana brisa que inundo su habitación, sin importarle continúo desvistiéndose; esta vez desabrochándose el botón de su pantalón de mezclilla, pero antes de poder quitárselo completamente el timbre de la puerta de su hogar sonó, y él se puso alerta al escucharlo.

Miró hacia la puerta de su cómoda instintivamente, dejando ahí su vista unos segundos, esperaba que tocaran nuevamente ya que solo habían llamado una sola vez. Iba a girar su mirar pero nuevamente el ruido se hizo presente.

Esta vez decidió atender al llamado, sin camisa y el botón de su pantalón sin abrochar, decidió bajar por las escaleras hacia la entrada principal de la casa. Al estar junto al portal, retiro el pestillo y los distintos seguros que esta tenía, para después tomar el pomo y abrirla completamente.

—¡Horacio! —exclamó la mujer al verlo.

Hola, Athenea... —saludó un poco sorprendido ante la visita de su amiga.

—Tiempo sin verte, cariño—pronuncio a la vez que se lanzaba a los brazos del moreno, dificultando un poco el abrazo ante la carga de la pañalera de sus bebés sobre su hombro izquierdo.

—Sí... ha pasado tiempo... —hablo aun entre las extremidades de la contraria.

—Estoy feliz de verte—dijo la chica al mismo tiempo que se separaba del contrario—. Te ves... —lo miro de arriba abajo notando las pintas de su amigo—¿...Vine en mal momento? —enarcó una ceja, curiosa, por lo desalineado que se encontraba el de cresta.

Horacio miro hacia abajo, cayendo en cuenta de cómo se veía para otros ojos y en lo que aquello podría significar.

—N-no es l-lo que c-crees—expresó nervioso a la vez que se abrochaba el botón del pantalón—. N-no pasó n-nada, de hecho, no hay nadie—se apartó de la puerta al decir aquello, dando a entender a la castaña que pasara para que ella misma lo comprobara.

La mujer rio.

Era divertido el ver a Hache tan nervioso, siempre pasaba con cosas así, Athenea lo conocía muy bien.

—Tranquilo, tranquilo—le tranquilizo al mismo tiempo que ella lo hacía ante la repentina carcajada que soltó—, no diré nada más... —suspiro al estar completamente firme.