[🦋/🍩|⚡/ 🥃]

585 79 22
                                    

🦋 ♡ ◇ ♡ ◇ ♡ ◇ ♡ 🥃

*

Después de la mañana de compras del par de amigos, ambos fueron a descasar a la casa del moreno y dejaron las compras hechas allí. 

Continuando con la rutina del de cresta; fueron juntos a recoger a la pequeña de cabellos rojizos, embarcándose en un breve viaje hacia su escuela.

Athenea esperó en el auto mientras el de ojos bicolores iba a por la ojiverde, tan solo fueron un par de minutos.

─¡Tía, Athenea! ─exclamó Pamela al ver a la mujer dentro del vehículo.

─¡Hola, princesa! ─sonrió ampliamente al contestar aquello.

─Ahí va... ─dijo Horacio distraído al meter a la niña en la parte trasera. La aseguró en su silla y le abrochó su cinturón.

─¿Qué tal estas, pequeña? ─cuestionó la pelinaranja.

─¡Muy bien! ─contestó con emoción la pelirroja.

La mujer sonrió.

El moreno cerró la puerta dando un leve portazo, y posteriormente abrió el acceso de su plaza y se metió en la misma.

─¿A dónde vamos, mami? ─preguntó la menor.

─No lo sé... ─deliró─Hoy me reuniré con el papá de tu amigo─informó al mismo tiempo que se acomodaba en su lugar.

─¡¿Enserio?! ─expresó con emoción la de cabello rojizo.

─Sí, pero aún no sé dónde... ─al instante sacó su teléfono, lo desbloqueó y viajo hasta la zona de los mensajes.

La pelinaranja se giró levemente a la izquierda y se dirigió a la niña diciendo: ─Quedaron en verse en un lugar, pero aún no tenemos ubicación─explicó.

─Ohhh─enunció la pelirroja.

La mujer se volvió en su lugar, miró a su amigo y cuestionó:

─¿Todo bien?

Horacio volteó a verla y contestó:

─Sí... La tengo─mencionó nervioso.

Athenea sonrió y al instante llevó su mano hacia el hombro derecho del moreno, para de alguna forma reconfortarle.

─¡Vamos! ¡Vamos! ─exclamó la pequeña.

Ambos adultos voltearon hacia donde ella se encontraba y sonrieron divertidos, se vieron de vuelta.

─Venimos a jugar─dijo la de piel blanquecina.

El de cresta se colocó el cinturón, posó las llaves en el contacto y arrancó el coche. Se dirigiría hasta la ubicación mandada, yendo de cabeza, directo. Sin esperar lo que ahí se encontraría.


Volkov y Greco, después de su mañana de patrullaje, se dirigieron hacia comisaría para recargar sus armas y renovar sus armaduras. Ahí, gracias al de barba, notaron que ya era tiempo de ir por el pequeño castaño, por lo que se dirigieron a la escuela.

Tomaron un coche patrulla, ante la emergencia, Rodríguez conducía por lo que tomó rienda suelta sobre la situación; encendió las lumínicas y sirenas, esto para llegar rápidamente.

Logrando su cometido, el ruso bajó del vehículo policial y caminó con paso seguro hasta la entrada del colegio.

El de barba se quedó en el carro, esperando a su compañero, permaneciendo ahí tan solo unos minutos.

🦋/🍩PADRES⚡/🥃 - VOLKACIO AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora