[🦋]

465 62 1
                                    

🦋 ♡ ◇ ♡ ◇ ♡ ◇ ♡ 🥃

***

Horacio caminó hasta la parte principal de aquella comisaría, manteniendo un objetivo en mente para dirigirse; la cafetería. Allí seguramente estarían su amiga e hija, tal vez esperándolo.

Anduvo con paso seguro por los pasillos del departamento, se conocía muy bien aquel lugar, puesto que... ese también fue su hogar alguna vez.

Al llegar, entró por la puerta asomándose primeramente por ella, había acertado.

─¡Mami! ─chilló Pamela al verlo entrar.

─¡Hola! ─respondió con emoción─Buenas tardes, comisario─saludó para el hombre de barba que allí se encontraba igualmente. Caminó hasta la mesa donde se hallaban sentados los niños y los dos adultos que los acompañaban.

─Buenas tardes─expresó con cortesía Rodríguez.

Pérez se posó junto a su pequeña y notó que su boca se encontraba manchada de glaseado, probablemente haya comido alguna rosquilla. La cargó en brazos y le susurró:

─Te atrapé, estabas comiendo sin mí─hizo un puchero a la vez que entrecerraba los ojos.

Pamela rió por la actuación de su padre.

─Solo fue una─se excusó la menor con un tono suave y lindo. Cosa que enterneció al de cresta, provocando que callera ante los encantos de su hija.

─Jooo~ ─enunció─no puedo enfadarme contigo ni un minuto.

La pelirroja se abrazó al cuello de su mamá con cariño, provocando un abrazo efusivo.

El pelirrojo llevó su mano hasta la cabellera de la niña y la dejó ahí reposando. Horacio bajó su mirada y se encontró con el pequeño castaño que los observaba curioso.

─Tú debes ser Gael─se dirigió al menor─. Mi pequeña me ha hablado mucho de ti─le sonrió dulcemente─. Me alegra mucho conocerte finalmente.

─El placer es mío, señor─contestó el niño a la vez que inclinaba levemente su cabeza.

Pérez río por su acción, se parecía mucho a su padre.

Esta vez, el moreno desvío su mirar, topándose con la curiosa mirada del hombre de barba sobre él. 

─Un gusto volver a verlo, comisario Greco─bajó su cabeza a la vez que decía aquello.

A Rodríguez le sorprendió que se dirigiera hacia su persona de aquella forma.

─¿Nos conocemos de algo, señor? ─preguntó curioso, enarcando una ceja en el acto.

─Horacio, Horacio Pérez─le corrigió─, y sí nos conocimos hace algunos años─masculló firme.

─Hace algunos años... ─pensó en voz alta el de barba.

─Digamos que fuí parte del cuerpo─declaró─, tan sólo duré unos cuantos días debido a un suceso no muy grato.

No lo recordaba. 

─De hecho, usted nos instruyó a mi hermano y a mí un día.

Greco estaba de piedra.

─Soy uno de los hijos de Conway─terminó de contar a la vez que posaba una linda sonrisa en sus labios.

─Dios... ─mencionó aún sin creérselo─Eres tú... Horacio, ¿no?

El mencionado asintió.

─Soy yo, solo que sin cabello marrón y mal cuerpo─dijo divertido─. Ahora tengo un hermoso cuerpo, una cresta roja y a una niña preciosa.

Pamela sonrió por aquello último.

─Me alegro mucho, Horacio─masculló sonriente Rodríguez.

─Gracias, comisario Greco─sonrió de igual forma. 

Horacio observó a su hija de reojo, notando que ella le miró igualmente, quería algo...

─¿Y qué haces aquí? ─preguntó repentinamente Greco.

Pérez le volteó a ver.

─Bueno pudo ver lo que pasó, comisario─contestó nervioso─. Todo tiene una explicación, pero, aun así sigue siendo una incógnita para algunos─rió inquieto─. Esta situación es... complicada─musitó afligido.

─Ya... entiendo... ─dijo el castaño.

─Sip, bueno, supongo que le explicaran todo más tarde, tal vez Volkov o Conway mismamente─divagó en voz alta.

─Sí, bueno... intentaré sacar toda la información que se guardan esos dos─enunció divertido.

Pérez sonrió levemente.

─Espero que tenga suerte con ello─animó el moreno.

La ojiverde hizo un leve puchero, que el de mirada bicolor interpretó como una queja; por lo que al instante dijo:

─Bueno, ya nos tenemos que ir─anunció─. Debemos ir a casa a descansar un poco y hacer deberes, ¿verdad, cielo? ─se dirigió a su hija al decir aquello.

Ella asintió en silencio.

─Que les vaya bien─deseó el de barba a la vez que se levantaba de su asiento.

─Muchas gracias─respondió el moreno ─. Despídete, amor─dejó a la pequeña en el suelo.

Pamela se dirigió hacia Gael y lo abrazó, terminando por susurrarle algo al oído. Posteriormente hizo lo mismo con su tía Athenea.

Horacio y Greco se despidieron con un apretón de manos, uno un tanto melancólico.

─Que tenga buen servicio, comisario─deseó nuevamente el de cresta.

─Muchas gracias, Horacio─le dió una palmada en la espalda─. Espero que nos veamos pronto.

─Así será, señor, con la situación actual seguramente me pasaré por aquí seguido─declaró.

─Eso espero─comentó sonriente.

La pelirroja se posó junto a su padre y jaló de su saco de vestir, estaba lista. El mayor la cargó y regaló un beso en la mejilla, provocando que riera.

Comenzó a dar pasos hacia la salida, y en el proceso hizo un leve cabeceo para que su amiga lo acompañara; ella se levantó y le siguió por detrás en silencio.

*

Los dos amigos caminaron hasta la salida del departamento policial, con unas cuantas miradas sobre ellos que denotaban curiosidad; sobre todo por aquel hombre tan llamativo. Sin embargo, no se dejaron intimidar, ya que siguieron con sus pasos seguros y con un porte de hielo que parecía inquebrantable; aunque en realidad estuvieran derritiéndose del nerviosismo.

Al cruzar la puerta pudieron respirar, aprovechando el momento para dirigiese hasta el auto familiar del moreno. Estando allí, se encargó de meter a Pamela como correspondía en el asiento trasero.

─¿Quieres que hablemos de esto? ─preguntó la pelinaranja que se hallaba a sus espaldas. Se le veía preocupada.

Horacio negó en silencio.

─Ya te retuve mucho tiempo, debes ir a trabajar─respondió el moreno al terminar su labor─. Estaré bien... ─le regaló una sonrisa no muy convincente.

Athenea posó su mano sobre el hombro izquierdo contrario y dió un leve apretón en aquella zona.

─Hablamos luego─declaró el pelirrojo. Posteriormente caminó hasta su plaza del coche, abrió la puerta y se subió a este.

Sin más preámbulo puso la llave en el contacto, encendió el vehículo y dejó que se calentara el motor un poco; para posteriormente arrancarlo y encaminarse hasta su hogar. Dejando a tres espectadores atrás.

*

🦋 ♡ ◇ ♡ ◇ ♡ ◇ ♡ 🥃

🦋/🍩PADRES⚡/🥃 - VOLKACIO AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora