Capítulo XXXIX

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Madison

—Entonces, la prensa está como loca ahora que Rebecah divulgó la noticia sobre la demanda.

Refriego los ojos con mis manos al escuchar a papá, esto tiene que ser una maldita pesadilla.

Desde hace semanas que me paso las tardes enteras en la oficina de Francesco con mis padres y todos los abogados intentando encontrarle una solución a todo este lío.

Por suerte pude resolver las cosas con mamá, hizo falta una muy larga conversación a solas en la sala de juegos. Luego de horas en donde se lloró y gritó, llegamos al mismo punto para poder unirnos en la pelea.

—Esto complica mucho más la situación —sigue—, no solo tenemos que preocuparnos por la demanda, sino que también por controlar a los carroñeros manteniéndolos ocupados con algo más.

—Por suerte, William, Spark's Company tiene la solución perfecta para la primera parte del problema. —El abogado en jefe toma la palabra desde la silla del escritorio—. Hay muchas incoherencias en su demanda, para empezar comenzaron luego de que la señora Dallas le pidiera dinero a Madison y ella se negara.

Explica varios puntos a nuestro favor; el acoso de Rebecah, la anulación de patria potestad y la fuga de Nathaniel cuando la policía lo buscaba.
En el ámbito legal es fácil usar todo esto y más, pero si la información confidencial de mi secuestro llega a caer en las manos equivocadas puede enloquecer a la prensa.

Sin mencionar que está la posibilidad de que arruine mi futuro laboral. En este mundo las personas poderosas tienen la capacidad de transgiversar cada detalle hasta usarlo a su favor.

Lo único que necesito es que todo este inmenso problema desaparezca y que pueda volver a mi vida normal.

—Me contacté con el abogado de los Dallas, que no es muy bueno a decir verdad, y decidimos hacer una reunión mañana por la mañana para averiguar si se puede llegar a un acuerdo y no ir a juicio. —Suspiro cansada—. Madison, está más que claro que tú no tienes que ir si no lo deseas, tus padres y yo...

—Mis padres y tú pueden arreglárselas solos, lo sé —interrumpo caminando hacia el ventanal—, pero de todos modos iré, solo dime la fecha y hora y ahí estaré.

Asiente en silencio.

Ni muerta me dejo acobardar por una idiota y su perrita faldera. Soy Madison Miller Fox, portadora de dos de los apellidos más poderosos de Estados Unidos, y la primera y única heredera al imperio construido por mis padres. Se necesita algo más que una demanda para doblegarme.

—Tenemos que irnos a la oficina, los socios están como locos por el asunto de la demanda. Se habla de que la línea hotelera Warrior está en la cuerda floja, y si cae cada uno tratará de salvar su parte.

Intento ignorar el comentario de mi padre,  pensar en eso me causa una horrible jaqueca.

—Que suerte que no llegaremos a eso. —Escucho a mamá levantarse del sofá y tomar su bolso segura, de ella aprendí a ser fuerte hasta cuando el mundo se te viene encima —. El deber llama, William. ¿Vienes con nosotros, hija? —Niego en silencio—. Bien, cuídate.

Ambos besan mi mejilla y frente antes de irse junto a los seis abogados que estaban en la oficina.

Termino por desplomarme sobre el sofá en el que antes estaba sentada cuando el sonido de la puerta me da a saber que ya se fueron. Tapo mis ojos con el antebrazo en un intento de calmar el dolor de cabeza que ha estado atormentándome todas las tardes luego de estas malditas reuniones.

Siento la mano reconfortante de Francesco sobre mi hombro. —¿Si hago que mi secretaria te traiga chocolate caliente te sentirás mejor?

—Solo si puede agregarle un shot de vodka blanco —su risa ronca invade la habitación—, estar un poco ebria es lo único que hará que vea toda esta situación como algo no tan negativo.

The Real YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora