POV Alfred
Mi niña no podía ser más especial, ni necesitar más apoyo y comprensión de su familia y me alegraba que con mi llamada hubiera conseguido por lo menos un poquito de la calma que su corazón pedía a gritos.
Todavía me gustó más sacarle una sonrisa con mis tonterías y mis provocaciones, aunque ella me respondiera a su manera. Quise dejarle claro que mis padres estaban deseando conocerla para que no le diera por pensar que con mi familia aún sería más complicada la aceptación de nuestra relación. Aunque simplemente el hecho de saber que hablaba de ella a mi madre le sacó la vergüenza y ahí no dudé en volver a repetirle que la amaba y que nunca me cansaría de hacerlo. A ella se le iluminaba la mirada cada vez que se lo decía, le encantaba que lo hiciera, lo que no calculé es que me volvería a decir que ella necesitaba estar entre mis brazos para decirme esa palabra tan llena de sentimientos, TE AMO. Y no me pudo gustar más su respuesta me lo quería decir sintiendo cada letra de esas palabras, yo una vez más se lo reitere porque amaba cada una de sus personalidades, la amaba y ya estaba.
Su respuesta una vez más me dejó ver que quería a Makie, y seguramente necesitaba conocer a Alfred para acabar de amarlo y yo no me iba a cansar de enseñarle todas mis capas. Todavía podía ver rastros de esa personalidad frágil, de su falta de confianza en mí o de su baja autoestima porque necesitaba que yo pensara en ella las veinticuatro horas del día, lo que no entendía es como aún no se daba cuenta de que ya lo hacía. Por eso siempre le recalcaba que no había nada más bonito, ni especial que ella.
Ay amor, cuando te tenga entre los brazos vas a comprobar que no solo vas a temblar tu porque a mí aún me parece increíble que me quieras como sé que lo haces.
Me fui a la cama después de intentar visionar algún resumen de Factor X y de la Voz UK, pero la verdad es que nuevamente todo me llevaba a ella, al mayor talento que jamás existiría. Pero entre las sábanas frías de esa gran cama tampoco encontraba el descanso, así que cansado de dar vueltas y de que aparecieran compases y letras en mi mente, cogí la guitarra y me puse a rasgar esas cuerdas una y otra vez hasta acabar componiendo otra canción para ella, otra canción que hablaba de ella, como todo lo que últimamente me salía.
No hago otra cosa que arrancarle hojas al calendario para poder tenerte entre mis brazos.
Para acurrucarte hasta escucharte decirme que me amas.
No hago otra cosa que pelearme con el tiempo para poder sentir tu calor entre mis brazos.
Para hacerte temblar hasta que me digas que me amas.
Ámame como yo lo hago, sin medida, ni distancias.
Ámame como yo lo hago, a lo loco, como tu deseas, como tu deseas.
Ámame, como sea, pero hazlo.
Regresé a la cama unas horas después, debían ser cerca de las tres de la mañana y tenía bastante trabajo pendiente como para alargar en exceso la mañana, pero en ese momento pesó más el relax que la responsabilidad y el despertador se quedó esperando a que lo pusiera en hora.
POV Amaia
Colgué esa videollamada nuevamente queriéndolo un poquito más que el día anterior. No dejaba de decirme que me amaba y yo sabía que me decía la verdad, sus palabras no eran humo, sabían a realidad, a esa certeza que sólo sale de lo más profundo del corazón. Y eso era exactamente lo que yo quería que escuchara de mis labios, el susurro de mi corazón gritándole que lo amaba. Pero para poder escuchar ese susurro debía estar acurrucada en su pecho y rodeada de sus brazos, y Dios no veía la hora de que eso sucediera.
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Seudónimos
FanfictionEstá ficción cuenta la historia de dos internautas, Amaia y Alfred que coincidieron en un chat de músicos y que con el transcurso de los días decidieron abrir uno privado en busca de más complicidad. El día que se iban a conocer en persona una de el...