CAPÍTULO XIX

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POV Amaia

Si creía que esa noche había sido calentita, me había equivocado de pleno porque a partir de ese día las provocaciones no dejaron de crecer casi al mismo ritmo que nuestras ganas de reencontrarnos.

Los días fueron pasando más rápido de lo que había imaginado y todo gracias a unas agendas plagadas de conciertos, de jornadas de composiciones, de grabaciones y algunos días de asueto que en mi caso me sirvieron para prepararme mentalmente para todo lo que me esperaba en Londres.

El concierto de Pamplona fue el momento de anunciar que no iba a cerrar la gira en mi ciudad, porque la gira Pero no pasa nada, iba a salir de España y que esperaba que el espíritu de los de Liverpool me ayudaran en ese camino final. La gente enloqueció y ahí ya empecé a dar pistas de lo especial que iba a ser ese último concierto.

_ Sabéis lo que significa Pamplona para mí, aquí me siento segura todo es especial y por eso aquí iba a terminar mi primera gira. Pero los que me conocéis un poquito también sabréis que hay un grupo mítico que tiene mucho que ver en que yo decidiera ser músico y por eso espero que entendáis que mi gira no acabe aquí y lo haga en Londres. - grité.

Tocar en esa ciudad es muy especial y por eso quiero compartir esa experiencia con un buen amigo que está empezando en este mundo tan difícil pero apasionado y espero que os guste lo que hace tanto como a mí.

En la pantalla se proyectó el cartel que habíamos diseñado para el Fin de gira dónde se anunciaba el día, la hora, el lugar, la sala, y donde habíamos recreado a nuestra manera la portada del disco Abbey Road, The Beatles, manteniendo aún el anonimato de Alfred, que aparecía caminando a mi lado pero sin poder verle la cara y tapando su nombre, únicamente dejando ver que tendría un telonero en Londres.

Desde ese momento se lio una bien gorda en rrss, se empezaron a especular mil nombres y entre ellos su nombre. Algunos fans no se habían olvidado de ese guitarrista que había conseguido hacer de Porque Apareciste, un momento mágico y tremendamente emotivo para mí.

Sorauren fue uno de esos lugares donde busqué refugio, y desde allí había organizado casi el minuto a minuto con él para así tener tiempo para nosotros, para esas salidas tan especiales que me había prometido y sobre todo para ver el modo de tener privacidad en nuestro reencuentro.

_ Hija, llevas horas pegada al móvil, a ese mapa de Londres y apuntando mil cosas en esa libreta. ¿Tan difícil es todo?

_ En estos casos me encantaría ser anónima en algunos momentos de mi vida.

_ Pues creo que eso es un imposible, Amaia. Lo único que tienes que pensar es en qué quieres hacer en esa ciudad y que te gustaría recordar toda tu vida que allí has hecho.

_ Abu, hay dos cosas que me llevan a hacer ese viaje y que son muy importantes, una es a nivel profesional y la otra es a nivel personal y por eso es todo tan complicado.

_ ¿Alfred, se ha quejado en algún momento de tener que conjugar tus dos facetas?

_ Todo lo contrario, me ha ayudado y resuelto todas las dudas que tenía con los lugares que me había señalado Universal como sitios de interés para grabar, pero él no es famoso aún, yo sí y creo que es mejor mantener en secreto lo que tenemos o por lo menos hacerlo hasta el concierto.

_ Pero aunque lo fuera tampoco le importaría que le reconocieran paseando a tu lado, porque lo que él desea es comerte la cara y le da igual que lo vean o no.

_ Abu, no seas así conmigo. Yo deseo exactamente lo mismo que él pero quiero hacerlo a mi ritmo. Necesito que el mundo se pare cuando lo vuelva a tener delante y el aeropuerto no es el lugar adecuado para eso y mucho menos si él está detrás de una cámara.

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