CAPÍTULOXVIII

260 16 15
                                    


POV Amaia

Cuando esa noche me fui a la cama tenía claro que iba a madrugar para hablar con él antes de que se fuera a trabajar. Realmente me preocupaba mucho que los fantasmas del pasado volvieran a su vida y lo desestabilizaran. Verle tan sobrepasado me dolió y desde luego haría lo que estuviera en mi mano para que eso no sucediera.

Mi noche había sido de todo menos relajada, había soñado sí, pero nada bonito, ni nada que ver con él. Bueno con él en cierto modo sí, pero no como a ninguno nos hubiera gustado y él parecía conocerme muy bien por su comentario nada más verme.

_ Por cómo me estás mirando creo que hoy tampoco has probado mi boca, ¿no?

Si es que cada vez que lo ves solamente con la toalla enrollada a la cintura lo devoras.

_ Pues por desgracia hoy no he soñado bonito, y no, no he probado tu boca, ni he disfrutado de cuerpo. He tenido más bien pesadillas. ¿Tú has dormido bien?

_ Gracias a que te tengo a ti que eres mi mejor remedio he dormido como un bebé.

_ Así estás de guapo está mañana. - le dije repasando cada milímetro de ese torso musculado.

_ Titi, ¿me quieres contar las pesadillas?

_ He soñado con gente trajeada y con miles de papeles que tenía que firmar pero eso me ha hecho darme cuenta de una cosa.

_ Estas nerviosa por la reunión de hoy, ¿no amor?

_ Sí, lo estoy. Alfred, no he dejado de pensar en esa reunión, quiero tenerlo todo bien atado. Seguramente me pregunten por ti, por como cantas y no tendré nada más que ofrecerles que nuestra actuación en Pedralbes.

_ Quieres que te envíe alguna muestra de lo que hago, ¿no?

_ Sí, pero ningún tema propio, esos son para Creation Records, no quiero que tengas ningún problema y no sé si los tienes registrados.

_ No te preocupes, te envío unas cuantas covers que tengo para que puedas enseñárselas a Universal. ¿Titi, a qué hora tienes la reunión?

_ A las cinco de la tarde.

_ Ah perfecto, estaré pendiente del móvil por si necesitas cualquier cosa de mí, ¿vale?

_ Gracias, ruru. Te quiero mucho.

_ Yo sí que Te quiero, Amaia. - me respondió con un tono de absoluto amor que me puso hasta el vello de punta.

A los pocos minutos de colgar la videollamada recibí varios vídeos de él y agradecí que nadie pudiera ver la cara que debía estar poniendo porque me estaba poniendo malísima. Su cover de La Flaca, de Maldita Dulzura o de Thinking out loud, me parecieron maravillosas, pero es que al verle tocar el trombón con Georgia, directamente se me cayeron las bragas al suelo.

Dios mío esas caderas moviéndose al compás era de lo más sensual que jamás hubiera visto y ahora mismo se había convertido en una auténtica necesidad ver ese movimiento en directo.

Esa mañana entre unas cosas y otras mis neuronas no acaban de conectar bien y la sesión de composición no fue para nada tan fructífera como la de la tarde anterior, pero tampoco me preocupó en demasía.

No sé ni cómo pude disfrutar la comida porque los nervios eran más que evidentes en mí, pero el buen rollo que tenía con La bien querida y las historias tan divertidas que nos estaba contando, consiguió que me evadiera de todo lo que estaba por venir.

SeudónimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora