CAPÍTULO XXXVII

297 16 11
                                    


POV Amaia

Cuando le dije lo de los gayumbos era absolutamente en plan de coña pero ahora me había creado una necesidad de saber si existía ese tipo de ropa íntima para hombres y por raro que pudiera parecer si había calzoncillos completamente de encaje. Y aunque me parecieron horribles compré uno a través de una página web de ropa interior para que le llegaran a su casa en un plazo máximo de 24 horas.

No te va a gustar verle con eso.

Pero igual a él si le gusta verle con ellos.

Verás lo que va a dar de sí ese momento.

Pues por eso los ha comprado.

El simple hecho de imaginármelo con esos gayumbos ya me había provocado un dolor de estómago del ataque de risa que me había dado, pero estaba segura que todo sería muy diferente cuando alguno de los dos acabáramos con ellos sobre nuestra piel.

Acabé de hacer la maleta sin olvidarme de la ropa interior más sexy que tenía y entre ellas también había un culotte de encaje azul noche que creo que le iba a gustar mucho más que sus gayumbos.

No te olvides de un jersey gordito que luego pasas frío.

Frío dice.... Con el arsenal de ropa sexy que lleva Londres va a sufrir un efecto invernadero.

No sé ni cómo conseguí dormirme con la revolución que sentía en mi interior. Sentía la tranquilidad de empezar a tener mi proyecto encaminado, un presente un tanto viajero pero precioso y esperaba que un futuro maravilloso a su lado, y todo eso lleno de juegos, provocaciones, deseo y mucha pasión. Aunque eso me pasó factura a la hora de saltar de la cama para coger uno de los primeros aviones de la mañana.

Me había pasado toda la noche intercalando sueños, unos donde solo había música, pianos, mesas de sonido e infinitos instrumentos, y otros donde solamente veía montañas de ropa interior y al final del todo justo antes de despertarme, le estaba haciendo un striptease a Alfred que lo tenía casi que sudando porque estaba a punto de desprenderme de sus gayumbos.

Me di una ducha rápida y me tomé un café casi que bebido mientras me acababa de vestir, y agradecía a mi yo del pasado por haberme obligado a dejarme el look preparado y no tener que enfrentarme sin tiempo al armario. Creo que no me había parado a respirar hasta que me senté en el asiento del Taxi que me llevaba al aeropuerto y comprobaba que tenía tiempo suficiente para enviarle al menos un mensaje antes de entrar a trabajar a mi chico raro.

_ Siempre consigues colarte en mis sueños y que me imagine haciendo cosas que no debo. Te quiero nos vemos en unas horas y quién sabe igual todo sucede como he soñado....

POV Alfred

No me podía quitar la sonrisa de la cara después de haber hablado con mi niña y sobre todo de ver lo feliz y relajada que estaba. Realmente me daba miedo que volviera a casa llena de frustración y desesperada por no haber tenido la intuición esperada.

Pero si su cara siempre era transparente, aún lo era más hoy. No sé si la gente era capaz de percibir lo absolutamente profesional que era pero los que teníamos el privilegio de conocerla y de pertenecer a su vida, sabíamos lo perfeccionista que era y la responsabilidad que sentía por su trabajo.

Creo que aún estaba muy nerviosa, con esa adrenalina que se siente ante un nuevo trabajo y por eso no me había querido contar más de la reunión, y por esa razón quise cambiarle de tema y preguntarle si quería que fuera a por ella al aeropuerto aun imaginándome su respuesta.

SeudónimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora