CAPÍTULO XLVIII

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POV Amaia

El miércoles empezó muy temprano para mí tenía que acabar la maleta para viajar a Sorauren y a Londres, recoger la habitación, ducharme, desayunar y todo eso en poco más de una hora. Mi hermano y Eva siempre eran muy puntuales así que corrí mucho para poder hablar unos minutos con Alfred. Cuando marqué su número y le solicité una videollamada pensé que ya estaría casi saliendo para la productora, pero no fue así y me lo encontré recién salido de la ducha y tan solo con una toalla atada a la cintura. Entre los días que llevábamos separados y que también hacía mucho que no lo encontraba así me subieron unos calores de inmediato que no le pasaron desapercibidos.

_ Campanilla, como sigas mirándome así voy a tener que volver a la ducha y no tengo tiempo.

_ Yo tampoco tengo tiempo y créeme la necesito más que tú. Menos mal que voy a estar muy ocupada porque estos días han sido larguísimos.

_ Ya quedan horas, titi y prometo hacer todo lo posible por que también sean eternas las horas que estés aquí.

Dale un beso enorme a tu abuela y dile que en Nochevieja la conoceré.

_ Mis padres se van a poner celosos.

_ Seguro que no. Con ellos habló más a menudo, aunque también tengo muchas ganas de verles.

_ Hablamos de noche. Te quiero.

Todavía no me acostumbraba que mis padres le llamaran de vez en cuando para ver cómo estaba. Y a la vez me emocionaba muchísimo que esa relación que empezó con tantas dudas y miedos se hubiera transformado tan rápidamente y estuviera cargada de respeto y cariño.

En el viaje hasta Sorauren, Eva consiguió que le contara el episodio de las galletas y las ganas que tenía de que la abuela lo conociera.

_ Se le va a caer la baba cuando os vea juntos.

_ Tengo tantas ganas de pasear tranquilamente por Sorauren con él. Sé que este fin de semana no nos van a dejar ni respirar.

_ ¿Te puedo recomendar una cosa?

_ Claro.

_ Dejaros ver con naturalidad. En cuanto tengan lo que buscan para su reportaje se irán.

_ Amaia, relájate estos días en Sorauren porque durante una temporada no os dejarán tranquilos. Vais a sonar mucho, acuérdate. - me dijo hermano.

_ Por cierto, el próximo disco de Alfred ya será con Sony.

_ Joer, qué buena noticia. ¿Ya tiene fecha para hacer la prueba para la productora?

_ La semana que viene, Javier. Espero que las cámaras no capten su llegada y que pueda hacer tranquilo su trabajo.

_ Esperemos.

Todos los problemas desaparecieron en cuanto llegamos a Sorauren y mi abuela me estrechó contra su pecho.

_ Mañana te volveré a abrazar pero no será como este. Déjame que te diga que estás más guapa que nunca.

_ Pues ya sabes quién es el culpable de eso. Que por cierto este beso es suyo. Y me dice que en Nochevieja vendrá a conocerte.

_ Estoy deseando abrazarle, hija. Ya no sé cuántas veces me habéis dicho eso.

_ ¿Y para nosotros hay un abrazo? - dijo mi hermano evitando que le diera la respuesta que ya sabía.

_ Con lo grande que eres y lo celoso que te pones. ¡Anda venid aquí! - les dijo a mi hermano y a Eva para abrazarles a los dos.

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