POV Amaia
En el mismo momento que cerró la puerta yo me rompí y no sé cuánto tiempo estuve así, llorando tumbada sobre la cama aferrada al llavero hasta que sentí como los brazos de Eva tiraban de mí para ver si encontraba consuelo.
A Eva le costó mucho tiempo eliminar mi congoja por más que intentaba controlar todos mis sentimientos, la pena, la nostalgia y su ausencia pesaban más que el profundo amor que le tenía y que todavía sentía en mi piel. La pobre no sé ni cómo podía entender mis balbuceos diciéndole que lo amaba, que no me quería ir, que no podía ser más bonito ni especial, y en cuanto trataba de enseñarle las llaves de casa otra vez me rompía.
_ Te ha dado un juego de llaves de su casa para que vuelvas sin avisar, ¿no?
_ Sí, ¿cómo lo sabes? - le pregunté todavía entre hipidos.
_ No lo sé, simplemente sabiendo lo enamorado que está Alfred de ti, no te dejaría marchar sin dejarte claro todo lo que le importas.
_ Se ha ido sin poder mirarme, él pobre se ha hecho el duro pero estoy segura que se ha roto nada más salir.
_ Amaia, Alfred estaba hecho polvo, me lo he encontrado en el pasillo cuando se dirigía al ascensor. Él es quién me ha dicho que entrará a consolarte, que llevaba un montón de tiempo roto escuchándote llorar pero que sabía que iba a ser peor si volvía para intentar calmarte cuando él no te podía retener, ni podía coger el avión de vuelta contigo.
_ Necesito más que nunca que pueda regresar a España, no puedo ya vivir sin él.
_ Vamos a tener un poquito de paciencia, ¿vale? En menos de quince días vais a estar juntos otra vez, así que vamos a intentar centrarnos en el trabajo para que el reloj corra más deprisa, ¿vale?
_ Creo que no me va a quedar más remedio. - contesté con resignación.
_ ¿Quieres que me quedé contigo hasta que tengas todo organizado?
_ No te preocupes, me voy a dar una ducha y solamente me faltaría guardar la ropa que llevaba puesta ayer. Bueno y... - me callé inmediatamente, el regalo me quedaba por abrir mejor lo hacía yo sola, aunque eso pusiera nuevamente en riesgo mi estabilidad mental.
_ Amaia, en una hora debemos irnos al aeropuerto.
_ Eva, estaré lista, lo prometo.
Corrí a la ducha para cumplir la promesa que había hecho e igual de rápido que me había duchado, me vestí y cerré la maleta. En ese momento me acordé que no le había dado las láminas de Peter Pan y de Bowie.
Joder que desastre soy, él siempre se acuerda de todo y yo...
Y tú te has acordado de lo más importante de decirle que le amabas.
Me senté en la cama con el otro paquete que me había dejado con condiciones y mi pulso todavía temblaba más que con el primer regalo. Lo abrí con cuidado y encontré una cartulina azul con una canción por un lado y un pentagrama con notas musicales por el otro, además de un pequeño sobre que me decía que no lo abriera hasta que leyera la canción.
Voy a ser buena y voy a seguir tus normas, Alfred.
Campanilla
He sentido una tremenda sacudida
Campanilla ha invadido mi vida
Ha llegado alterando todos mis sentidos
![](https://img.wattpad.com/cover/291024464-288-k442923.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Seudónimos
FanfictionEstá ficción cuenta la historia de dos internautas, Amaia y Alfred que coincidieron en un chat de músicos y que con el transcurso de los días decidieron abrir uno privado en busca de más complicidad. El día que se iban a conocer en persona una de el...