CAPÍTULO XVI

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POV Alfred

No sé cuántas veces releí el mensaje de Amaia, bueno de A-Marte, porque el chat era la plataforma de esos dos cómplices desconocidos y que ella seguía utilizando para decirme las cosas que para ella eran muy importantes. A través de esa plataforma no tenía que verbalizar sus sentimientos más profundos, solamente tenía que escribirlos y eso siempre le iba a resultar más fácil. Y a mí me parecía tan bonito que lo hiciera así, que cada vez la quería más por ser capaz de sortear sus miedos, su vergüenza y expresar todo su amor por mí.

Había estado tan absorto que no me había dado cuenta de que me había llegado una notificación al teléfono y al desbloquearlo me encontré con un mensaje de Michael.

_ Hola Alfred, siento las horas pero he estado muy liado. Pude hablar con John y contarle todo lo relacionado con el concierto de Fin de Gira de Amaia, por cierto dile que ya tiene otro fan, y por supuesto antes del jueves te llegará un mail con la autorización para Universal. Mañana ya hablamos tranquilamente, pero no podía dejar terminar el día sin acabar con vuestra angustia.

Joder no me lo podía creer la suerte que estaba teniendo, y ahora si que podía empezar a creerme que la suerte había regresado a mi vida y seguro que ella tenía mucho que ver en ello. Amaia iluminaba todo, su energía no podía ser más positiva, ni más bonita y la irradiaba a todos los que estaban cerca de ella y yo era uno de esos privilegiados.

Mire el reloj y comprobé que era muy tarde y que seguramente darle esa noticia no la dejaría dormir por muy positiva que fuera, así que rogué al universo que no hubiese apagado el móvil y poder despertarla con una videollamada muy tempranera e inesperada que me permitiese ver su carita llenita de sueño.

Parecía que mi mente quería cumplir la promesa que le había hecho de soñar toda la noche con ella, y eso hice imaginarla en mil situaciones y en mil lugares diferentes pero con una única constante, estaba feliz y la bonita sonrisa que tenía casi no le cogía en la cara. Y así me había despertado yo, descansado y feliz ahora solamente me faltaba empezar el día viendo esa sonrisa.

Salté de la cama, me di una ducha rápida, hice la cama, y una vez que ya tenía el desayuno hecho cogí el móvil y solicité hacerle una videollamada. El tiempo se agotó, pero yo no me desanimé, debía estar dormida con lo cual no iba a despertarse tan fácilmente. Volví a hacer la llamada y esta vez a punto de volver a consumirse el tiempo aceptó la videollamada aunque no sé qué estaba haciendo porque veía de todo menos a ella.

_ Titi, ¿qué estás haciendo? - le dije riéndome.

_ Joo Alfred, dame un segundo, debo estar horrible.

_ Mi amor, tu nunca estarás horrible, es más tu carita llena de sueño es de las que más me gusta. - por fin se enfocó y le pude ver esa cara adormilada, esos ojos que apenas podía mantener abiertos, enmarcados por un pelo revuelto que directamente me daban ganas de comérmela a besos.

_ Si claro, ¿y por qué me miras así?

_ Porque te comería toda la cara, te la llenaría de besos y te puedo asegurar que me iba a costar mucho dejar de hacerlo.

_ Parece que has dormido bien, ¿no?

_ He dormido mucho y muy bien, porque has estado en todos mis sueños.

_ ¿Y querías contármelos antes de irte a trabajar? - me decía mientras intentaba peinarse un poco.

_ No exactamente, quería contarte que a última hora de ayer me llegó un mensaje de mi jefe para decirme que ya tienes otro fan y que pronto me llegaría un mail de esa persona con el consentimiento para Universal. - abrió los ojos como platos y ya no podía dejar de moverse en la cama.

SeudónimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora