POV Alfred
Había dado mil vueltas por casa antes de desbloquear el móvil y solicitarle una videollamada pero ya no aguantaba más tiempo sin ver su carita y parecía que nada había cambiado entre nosotros y seguíamos teniendo el don de la oportunidad.
Había tenido que solicitar dos veces la videollamada y casi cuando se iba a agotar el tiempo vi su carita.
_ Titi, ¿otra vez sin toalla? Me vas a obligar a que mi próximo regalo sean unas cuantas toallas de baño.
_ Joo, vas a acabar pensando que soy un desastre y no es así. Simplemente me he metido a la ducha casi sin pensarlo para intentar estar tranquila cuando me llamaras.
_ Adoro tu caos casi tanto como te amo a ti y no sé si el agua ha conseguido calmar un poco tus sentimientos o no, pero me gusta lo que veo. Estas preciosa porque realmente lo eres, tu alma no puede ser más bonita y tu cara no puede ser más guapa.
_ Tú si que eres bonito aunque hoy tus ojos no desprendan brillantina.
_ Titi, te llamo en un rato. No quiero que cojas frío. - Vale, me dijo tragándose las ganas de contestarme algo más.
Intente corregir mi emoción, mi actitud y que mis ojos está vez no fueran el espejo de mi alma, que por desgracia aún estaba en proceso de cicatrización. Para eso me esforcé en recordar solamente momentos divertidos con ella y en ese instante podía verla corretear por casa riéndose y gritando mientras me lanzaba cojines cual niña traviesa que era.
Cuando minutos más tarde mi móvil empezó a iluminarse y vi su carita, esperaba que mis ojos desprendieran la misma luz que los de ella y parecía que a tenor de su comentario lo había conseguido.
_ No sé si atreverme a preguntar que has hecho en estos minutos para que ahora tus ojos desprendan vida. - me dijo toda pícara.
_ Pues imaginarte corriendo por casa riendo, gritando y tirándome cojines casi que a matar, como chica mala que eres.
_ Las chicas malas es lo que tenemos, sembramos el caos y mojamos las cartas que utilizamos para hacer juegos picantes que nos permiten que nuestros amantes acaben calcinándose.
_ Me vuelves loco Amaia. - le dije riéndome sin dar crédito a la actitud que había adoptado.
_ Lo sé, pero es que prefiero volverte loco, verte reír y así hacerlo yo, antes que morir de pena. La realidad es que te echo mucho de menos y que me encantaría estar a tu vera provocando tus sentidos de todas las formas posibles. Pero como no podemos por lo menos intentaré provocar tu risa, y así ver tus palitas separadas que tanto me gustan y como se achinan tus ojitos.
_ Eres demasiado bonita Amaia y por eso te quiero tanto y te echo tanto de menos. Yo también voy a intentar parchear tu corazón con tiritas en forma de palabras y risas hasta que las pueda cambiar por muchos besos e infinitas caricias. - fue decirle eso y llevarse el anillo ámbar a su boca.
_ Tu anillo no deja de acariciarme y de hacerme sentir cerca de ti. Por cierto es precioso y espero que tu abuela esté de acuerdo con que ahora esté en mi mano.
_ A mi abuela le hubiera encantado conocerte, era una mujer de raza y con bastante retranca, como tu.
_ ¿Y eso?
_ Me enseñaba canciones con doble sentido que por supuesto yo no captaba porque era pequeño, pero que a ti te encantarían.
_ Claro las chicas malas son más "largas" y más espabiladas que el resto, ¿no?
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Seudónimos
FanfictionEstá ficción cuenta la historia de dos internautas, Amaia y Alfred que coincidieron en un chat de músicos y que con el transcurso de los días decidieron abrir uno privado en busca de más complicidad. El día que se iban a conocer en persona una de el...