Skyler Snow Thompson
Estoy en el suelo junto al ventanal con las piernas dobladas y mi rostro enterrado en ellas cuando escucho pasos afuera. La dura realidad me pegó de lleno y ahora solo estoy aquí sufriendo las consecuencias. Estoy aterrada, en shock, temblando por el terror y la furia hirviendo en mi interior.
No sé qué demonios hacer. Debo irme. Nunca pensé que la única persona a la que le confiaría mi amistad y le permitiría acercarse lo suficiente como para tomarme de la mano sea... así. Agresivo, letal. Violento. Eso de allí fue un monstruo mostrando su verdadera cara. Destrozó al hombre sin piedad. ¡Ni siquiera parpadeó!
Se le rió en su propia cara, demonios.
Y si lo que pasó en la biblioteca fue una sutil advertencia, esto que acabo de presenciar es la clara prueba de lo que tendré si sigo aquí. Si me mantengo... con él. A su lado.
No puedo fingir que esto está bien, que es lo correcto. Donovan hace daño porque quiere, porque así lo siente. ¿Qué demonios tiene que pasar para que me de cuenta que seré la proxima? ¿Que le impide hacerme lo mismo? Sé que en la biblioteca ha sido algo inconsciente y por instinto de supervivencia, ¿pero esto de aquí? No lo es. Ni siquiera se le acerca. Y estoy furiosa, herida y horrorizada de siquiera seguir aquí. ¿Por qué no me he levantado y corrido hacia la puerta más cercana? A la mierda la oscuridad, el bosque y la distancia. Debería correr a donde demonios quiera con tal de alejarme de esta bestia.
Y no solo por lo que él podría llegar hacerme. Donovan... podría hacer que mi mundo colisione con la verdad de mi pasado. Pensaba que quería saber lo que me pasó, recordar cada momento de mi infancia, pero si los flashes que parpadearon hoy en mi mente fueron un extracto de ello... prefiero no desencadenarlos. Quiero que se queden donde estaban, completamente enterrados. Sino ¿por qué los hubiera olvidado? Uno nunca olvida los momentos felices. ¿Qué cosas me han pasado para que mi cuerpo intentara protegerse y olvidarse de todo eso?
Cada una de esas imágenes parpadeantes me dejan, incluso ahora, sin aliento y hacen que más lágrimas se derramen por mis mejillas. No he dejado de llorar desde que Donovan dio el último golpe y el público estalló en vítores arrasadores. Me he arrastrado aquí abajo un segundo después, para no ver el cuerpo sin vida de ese hombre.
Pero cuando la puerta se abre y solo escucho un ligero golpeteo de unos zapatos, me obligo a levantar la mirada. No son pasos pesados ni demandantes, mas bien ligeros, como si quisieran pasar desapercibidos. Y me parece extraño porque Donovan y el otro tipo no serían sutiles al entrar.
Al momento de levantar la vista me doy cuenta de por qué. Me paralizo al verlo y me quedo estática en mi lugar, reteniendo la respiración para que no me note. El hombre da unos pasos más y cierra la puerta con un gruñido enojado, como si incluso andar a hurtadillas le molestara. No lo conozco, no lo he visto en mi vida y aun así todo esto me da mala espina. Siento como mis vellos se erizan y mis alarmas comienzan a sonar dentro de mi, pero por fuera ni siquiera parpadeo. No me nota todavía, parece completamente sumido en sus pensamientos como para revisar la habitación. Quizá se equivocó de lugar y entró por la puerta equivocada, aunque por lo apretados que se ven sus puños, dudo que sea el caso.
ESTÁS LEYENDO
Furia ilegal
Romance~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~ Intenso, feroz y jodidamente adictivo. "Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus" Hay muchas palabras para describirlo. Es una...