C I N C U E N T A Y D O S. Nada

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Skyler Snow Thompson

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Skyler Snow Thompson

No sé como llego a casa.

Solo puedo repetir las palabras en mi mente y esperar a despertarme del sueño.

Pero sigo esperando, y nada parece tener sentido. ¿Cuánto tiempo lleva asimilar algo que en mi cerebro es solo una mentira? ¿Cuánto tiempo puede un cerebro desconectarse hasta que se vuelve realidad?

¿Cuándo podré sentir algo más que un gélido vacío, carente de emociones?

No dejo de ver a la nada mientras el mundo sigue su rumbo, sabiendo que el mío se ha detenido abruptamente con palabras que siguen resonando una y otra vez, como si ella estuviera aquí mismo y me las dijera sin parar.

Estás embarazada, Skyler.

El sonido de su voz es lejano, pero tan cercano que podría estirar mi mano y tocarlo. Solo quiero irme, arrancar esas palabras y esperar olvidarme de todo como he olvidado gran parte de mi vida.

Embarazada. Embarazada.

No.

No puede ser.

Nada de esto tiene sentido.

Los minutos se sienten eternos, pero pasan a una velocidad tan rápida que solo es un borrón.

Las cosas que pensaba que me preocupaba y las consideraba importantes, de repente se sienten estúpidas y obsoletas. ¿Pero qué más puedo hacer? Pienso en el pasado, en todo lo que he vivido; lo destrozada que estoy por dentro. Mi mente es solo un mísero intento de reparación para aquellas partes rotas que se desparramaron con cada año de sufrimiento. Y solo pretendo... que realmente estoy bien. ¿Cómo...? ¿Cómo puedo pensar en un futuro para un niño si ni siquiera sé lo que necesitan? Mi infancia fue tan dura que no creo poder afrontar el temor por arruinar la de otro.

Sería un futuro difícil. ¿Qué haré cuando tenga ataques de pánico y esté sola con él? ¿Cómo podré calmarme sin la presencia de Donovan para traerme al presente y arrastrar lejos a mis demonios? Me centro tanto en mi dolor que veo como una misión imposible estar atenta a algo más que superarlo. ¿Como...?  ¿Cómo puedo hacer para responsabilizarme de otra persona si ni siquiera sé como mierda llevar mi vida por el buen camino?

Mis manos tiemblan, y demasiado tarde me doy cuenta de que no me he movido desde que llegamos y Donovan me sentó en el sillón. No ha dicho ni una palabra, o tal vez no he escuchado ninguna. Simplemente floto, con mi mente en blanco pero tan cargada de información que por momentos me siento mareada y confundida.

Esto... es demasiado.

―Ratoncito.

Lo escucho. Muy a lo lejos oigo su voz, percibo su presencia, pero no puedo mirarlo. Ojala tener las agallas para enfrentarme a él con esto. Probablemente se encerrará en sí mismo y me apartará. Se irá a entrenar para descargar su furia, o quizá se ofrezca para pelear otra vez en la cueva para olvidarse por un momento que esto está pasando. Me dejará sola si le doy lo que quiere y miro las profundidades grises de sus ojos, llenos de arrepentimiento e ira. Pero no estoy lista para sentir su alejamiento. No siento nada, pero al menos percibo su presencia. Eso es lo suficientemente bueno para mi ahora mismo. No puedo pedir más.

Furia ilegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora