Harry Thomas Green
La veo irse, pero todas sus palabras me dejan tan atónito que mis piernas no pueden avanzar. Quiero alcanzarla, algo dentro de mi tira para que la siga, para que haga algo e impida que todos esos pensamientos, que todas esas inseguridades, desaparezcan. Pero mi corazón y mi cabeza están en un duelo porque sé que no es el momento. Algo dentro de mi me dice que justo ahora, justo en este preciso momento, lo que menos quiere es lidiar conmigo. Y carajos, estoy tan sorprendido por lo que acabo de escuchar que no dejo de preguntarme qué hice mal.
¿Realmente es solo ella la que malpiensa todas mis intenciones o no he dejado de hacer cosas que le siguen confirmando que soy igual que todos los hombres que ella conoce?
Me encanta todo de ella, demonios. Me encanta todo. ¿pero realmente hice algo para demostrárselo? Quiero decir... seriamente. Verla a los ojos y decirle exactamente lo que le hace a mi corazón, a mi mente, a mi alma y a mi cuerpo. Ni siquiera he logrado invitarla a un puto café de la forma correcta. Solo aparezco, insisto, la jodo y vuelvo a hacer lo mismo todos los días, pensando que ella algún día cederá como por arte de magia.
Y no puedo culparla. ¿Cómo no va a pensar que hago eso con otras? Nunca intenté mostrarle otra cosa que eso.
Quería provocarla. Volverla loca hasta que admita lo que quiero. Y mierda, sigo queriéndolo, pero... ¿es realmente lo que ella necesita para ceder al final? ¿Para que me de la oportunidad de conquistarla?
Carajos, solo he logrado alejarla una y otra vez, pensando lo peor de mi.
Alguien que no soy. Alguien que nunca fui.
Me juzga. Demonios, es evidente que todo lo que ha visto y vivido la hacen juzgarme con todo su corazón, pero sé que es solo su miedo de salir lastimada. Sus palabras lo confirman.
Parpadeando, aprieto los puños a mis costados e intento mantener la calma para poder pensar sobre todo esto, aunque mis instintos solo gritan que corra detrás de ella. Tantas pensamientos contradictorios que me llenan por dentro, tantas emociones de ira, de desilusión, pero de tanta jodida pasión y cariño que no puedo controlar.
Ella no me debe nada, pero odio que me traten como si fuera un mentiroso sin conocerme. Me enoja y me duele tanto como una patada en mis malditas bolas. Aun así he dejado que ella lo hiciera una y otra vez porque algo de ello me gustaba. Me divertía, adoraba que fuera ella quien arrancaba esas emociones de mi.
Porque era de ella. Y adoro todo lo que proviene de Gracie. Incluso ahora la sigo queriendo con tanta fuerza que mi corazón se desgarra.
Y ese tono de tristeza y desilusión en su voz... me hace mierda. Lo puse ahí, soy el culpable de cada sentimiento que tiene porque he logrado quebrar un poco ese muro, pero lo último que quería al hacerlo fue hacerla sentir mal. Quiero que me quiera de la misma manera que yo la quiero a ella.
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Furia ilegal
Romance~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~ Intenso, feroz y jodidamente adictivo. "Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus" Hay muchas palabras para describirlo. Es una...