Skyler Snow Hunter
No sé que estaba soñando.
No sé qué sucedió para pasar de la inconsciencia a empezar a sentir que mi cuerpo se despierta. Sensaciones de hormigueo y placer se forman en lo profundo de mi interior, que poco a poco me fuerzan a ser cada vez más consciente.
No sé qué sucede. Todo... da vueltas, todo...
Gimo, el sonido rebotando en las paredes de nuestra habitación mientras mis muslos se abren cuando una descarga de placer activa todo mi sistema nervioso. Me retuerzo, aun sin abrir mis ojos, e inmediatamente sé de quién es la boca que vuelve loco de esta manera a mi cuerpo.
Mi carne vibra cuando lo escucho gruñir contra mi coño, la descarga en mi clítoris haciéndome jadear y apretar con fuerza las sabanas.
―Me encanta cuando me despiertas así. ―susurro. Sus manos aprietan mis muslos sin medirse, haciendo tanta presión que estoy segura de que dejará marca. Mi mente da vueltas, mi sangre quema y cada gramo de mi sistema se sobrecarga con tanta euforia que es avasallante. Mi corazón late tan rápido que casi puedo escuchar el golpeteo combinado con el sucio sonido de su boca comiendo mi coño. Es tan putamente depravado que no puedo dejar de escucharlo y ansiar más.
Su lengua aprieta mi clítoris y se arrastra sin pudor por mis labios, una y otra vez, antes de detenerse en mi núcleo y rasgar como si fuera una puta cuerda de guitarra. Lo hace tan rápido que mis piernas tiemblan al compás y mis caderas se elevan, buscando más de todo lo que tiene para darme.
Entonces mete uno de sus dedos y mis ojos se abren sin poder evitarlo.
Gruñe contra mi otra vez, sin detenerse, sin bajar la velocidad ni darme un respiro. Está comiendome con ferocidad, sus movimientos totalmente descontrolados como la hermosa y jodidamente intimidante bestia que es. Está devorándome, sus ojos desenfrenados viendo cada puta reacción que le arranca a mi cuerpo.
Es todo para él. Lo sabe.
Y lo disfruta como un lunático.
Pero estar embarazada hace que todo se sienta potenciado. Todo es sobrecarga, una explocion de cada maldita sensación que recorre mis venas, y no lo resisto. No resisto cuando vuelve a rasguear con velocidad mi clítoris con su lengua, ni cuando entra sale con rapidez de mi interior con sus dedos. Es... es demasiado, y arranca mis gemidos desde lo más profundo de mi pecho. Mis caderas se mueven sin control, mi centro palpitando, por un momento deseando más y por otro momento rogando que detenga la estimulación. Estoy tan malditamente sensible que quiero llorar y gritarle que lo haga más rápido.
Entonces mi hombre se aleja en un parpadeo y se conduce dentro de mí. Sin previo aviso, sin control.
―Mierda, Donovan ―jadeo por la bestialidad con la que empuja.
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Furia ilegal
Romance~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~ Intenso, feroz y jodidamente adictivo. "Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus" Hay muchas palabras para describirlo. Es una...