~ C A P I T U L O S O R P R E S A ~
Skyler Snow Thompson
Donovan me permite un tiempo a solas para tomarme un baño largo y relajante. O al menos, lo más relajante posible teniendo en cuenta la dura noche que he pasado y las consecuencias que sufrió mi cuerpo. Sin embargo, logra sacar cualquier rastro del ataque de pánico y entumecimiento.
No se cuanto tiempo me sumerjo dentro de la tina y ahogo mis pensamientos con el agua caliente mientras mis extremidades absorben la tranquilidad terapéutica de esto, pero cuando hago un movimiento para levantarme y salir finalmente de allí, me doy cuenta de que la piel de mis dedos están completamente arrugadas y el agua está casi por completo fría.
Mis pies se posan en el suelo y algo parece sonar porque vuelvo a escuchar un movimiento detrás de la puerta. No me alarmo, más bien temo que entre entre como bola de demolición y me vea completamente desnuda. Donovan ha estado dando vueltas, merodeando la puerta del baño como si fuera de vida o muerte. Caminó de un lado al otro por lo que se sintieron horas hasta que se deslizó sobre el suelo, con lo que supongo que era su espalda contra la madera de la puerta, a esperar que yo saliera.
No me importó. Necesitaba tiempo a solas y no iba a permitirle verme mientras me bañaba y me relajaba un rato en la tina. Podía deambular todo lo que quisiera si eso lo hacía sentirse más relajado, aunque lo dudo porque con el pasar del tiempo se escuchaba aún más ansioso y nervioso.
Cosas de Donovan Hunter. No lo entenderías.
Suspirando, ya casi sin fuerzas para mantenerme parada, hago un intento para vestirme rápido, pero ya todo me duele así que termino cediendo y haciéndolo lentamente. La ropa amplia de Donovan se asemeja a un vestido cuando me la pongo, así como aquella primera noche donde me cambió y me puso su camiseta, y su olor me rodea casi al instante. Huele a limpio, suave jabón para lavar la ropa y esa acidez amarga de marca registrada Donovan Hunter. Aspiro de ella todo lo que puedo, porque no puedo evitarlo. Sé que mi interior esta retorciéndose con deleite ante ello porque las mariposas que creía muertas comienzan a danzar en mi estomago, por mucho que me pese.
Sé que a él le encantaría ver eso. Notar que aun sigo queriéndolo conmigo a pesar de todo el daño que me causó. Eso pondría una semi sonrisa en sus labios, sin que se de cuenta, de forma victoriosa.
―Sé que terminaste. Llevas sin moverte tres minutos. ―su voz se cuela a través de la puerta y casi salto por el susto. Solo me puse la camiseta enorme que me dejó, y si bien me cubre hasta las rodillas, aun me falta el boxer. Me moriría de vergüenza si entrara aquí y no me los he puesto, a pesar de que mi parte baja estuviera cubierta por la camiseta.
Ya casi ha visto mis senos hoy, o puede que sí los haya visto por completo. ¿Quién sabe? En ese momento lo único que había en mi cabeza era escapar. No voy a permitir que vea más, mucho menos en este estado.
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Furia ilegal
Romance~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~ Intenso, feroz y jodidamente adictivo. "Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus" Hay muchas palabras para describirlo. Es una...