Skyler Snow Thompson
En todo lo que puedo concentrarme es en Donovan.
Su presencia y masculinidad destacan como si fuera la única luz encendida en plena oscuridad. No se si me pasa solo a mi, y sin embargo no puedo alejar mi mirada para cerciorarme si soy la única embelesada. Mis ojos se sienten atraídos por sus movimientos, a sus manos encerradas en el mármol de la barra de pedidos mientras espera a ser atendido. A sus dedos apretándose con fuerza por la frustración, y a la tensión en sus músculos mientras la vendedora le sonríe y coquetea.
Se nota desde mi posición que solo quiere agarrar los pedidos y alejarse de ahí lo antes posible. No dudo que en algún momento le dirija uno de sus cotidianos gruñidos a la pobre mujer, y no es como si me molestara que lo hiciera.
Una parte de mi está ansiosa por conocer más sobre Donovan. No parece ser alguien que se relaciona con facilidad. Apenas y me había contestado, pero no importa. Yo tampoco soy de boca suelta, y habiendo vivido en constante silencio toda mi vida, observando más que charlando, aprendí a detectar los modos que tienen los cuerpos para expresarse.
Y ver el suyo es lo suficientemente excitante como para ruborizarme, pero no tan fuerte como para alejar mi vista de él. Lo repaso nuevamente, solo que más lento, esta vez necesitando captar cada curva, cada pequeño detalle que lo hace único.
Entonces, recapacito. Jamás tuve este tipo de pensamientos sobre un hombre. La mera idea de abrazar a uno siempre me hizo querer vomitar, pero me es fácil pensar en el cuerpo de Donovan sosteniéndome de noche, acurrucándome contra su pecho desnudo mientras mis labios se acercan a su piel y los...
―Skyler.
Me sobresalto cuando la voz de Jessica aparece detrás de mí y soy obligada a apartar los ojos y pensamientos de todo lo que tiene que ver con el hombre pidiendo mi desayuno. Aún con mis mejillas sonrojadas, miro a mi arisca compañera de cuarto, esperando que no haya visto que me encuentro desayunando con Donovan. No sé cómo va a reaccionar él ante su presencia, pero Jessica es demasiado bonita como para pasarla desapercibida. ¿Y si él se siente atraído por ella?
Mi pecho duele, pero me olvido de eso cuando veo la mirada molesta que ella me dirige.
―Jess... Jessica ―susurro sorprendida.
―Tuve que soportar tu maldito culo ayer, ¿y ahora tengo que hacerlo hoy también? ―Resopla, mirándome irritada.
―Yo... ―comienzo a decir, totalmente incómoda. Nunca me había enfrentado de esta manera, la mayoría de la gente me ignora y eso es todo. Jessica no parece evitar sentirse atraída a hacerme sentir mal. ―Lo siento.
Dios, es demasiado temprano para esto. Estaba pasando un lindo rato hasta que apareció.
―¿Y qué fue ese maldito espectáculo de ayer? He tenido pesadillas por tu culpa, gritando y pataleando cuando te metieron en el sótano. ―resopla, y parece que desea descargarse de todo lo que lleva dentro... ahora mismo ― ¡Era un maldito sótano! Podrías haber entrado y salido a tu gusto. Pero no. La reina del drama tuvo que hacer una escena. ¡Por un simple reto, maldita sea! Set estuvo hablando toda la jodida noche de lo gracioso que fue eso, me volvió loca.
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Furia ilegal
Romance~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~ Intenso, feroz y jodidamente adictivo. "Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus" Hay muchas palabras para describirlo. Es una...