C U A R E N T A. Sácame de aquí.

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Skyler Snow Thompson

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Skyler Snow Thompson

Donovan está de malhumor. Y es de esperarse, porque cuando le dije nuestros planes luego de salir de la biblioteca el viernes por la noche, su rostro se contorsionó y de sus labios salió un sonido cargado de molestia. No quise decírselo antes porque sino debería haberme aguantado el resto de la semana su incesante molestia hacia mi. No me molesta escuchar sus quejas, pero prefiero disfrutar nuestro tiempo de otra manera, y si no decírselo me daba más tiempo con su buen humor, que así sea.

Y no es como si él pudiera hacer algo al respecto. Le pregunté amablemente si quería acompañarme, porque de otra forma tendría que ir sola a un lugar lleno de gente, de hombres, de estudiantes...

Su bestia contestó con un beso que arrasó con mis labios, y hasta ahora puedo sentirlos palpitar de dolor por las marcas que dejaron sus dientes ante la furia con la que me atacó. De ninguna manera iba a dejarme sola, así que cerró la boca y juntos caminamos hacia su sótano para prepararnos.

Tampoco tengo muchas ganas de ir, pero Gracie es bastante insistente, y una chica como ella no la quiero de enemiga. Dijo que quería ver de qué se trataba todo el alboroto de las fiestas, y si estoy haciendo un esfuerzo por salir de mi zona de confort, qué mejor que intentarlo con ella y con Donovan a la vez. Mientras me cambio, intento pensar en cosas positivas al respecto. La pasaré genial, rezaré para que nadie desate mis ataques de pánico y probaré cosas que nunca hice, como tomar alcohol.

Ni siquiera tengo edad suficiente para eso, pero no me opondré si Gracie insiste. ¿Se supone que tomar alcohol es cool en estos días, no?

Dios, de solo pensar en todo eso me da un escalofrío y la idea de fingir que me siento mal para quedarme el resto de la noche en mi cama acurrucada contra Donovan aparece en mi mente. Pero no puedo hacerle eso a Gracie.

No después de...

Mis mejillas se tiñen de rojo. No la he visto desde que sentí sus ojos sobre nosotros cuando yo estaba, eh... haciendo sentir bien a Donovan. O mejor dicho, mientras Donovan me usaba para sentirse bien. Sea como sea, ella nos vio, y mi parte más perversa se quiso extender para que ella viera más de mí, de nosotros, de lo que le estaba haciendo a Donovan. No se que clase de cosa me poseyó en ese momento, pero me he escabullido el resto de la semana para que no nos encontremos en ningún momento. Incluso me escondí en la parte más alejada de las clases que compartimos y me escondí para que pensara que había faltado. No podía verla, mirar lo que podría haber en sus ojos después de verme atragantarme con la polla de Donovan y dejándolo usarme de esa forma en público. No se ni siquiera como la enfrentaré hoy, pero habrá alcohol y quizá eso ayude a que todo esto desaparezca de nuestras mentes.

―Una hora y nos iremos. ―gruñe la bestia a mi lado, su mano apretando un poco la mía para sacarme de mi cabeza. Mis ojos parpadean en su dirección y vuelan a ver su semblante duro y frío, listo para enfrentarse a cualquiera.

Furia ilegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora