Donovan Hunter
La mejor parte de mi día es cuando la veo regresar de clases. No importa si he ido a buscarla o si nos encontramos en mi sótano, verla llegar pone en marcha mi corazón como la mierda. Un corazón que jamás pensé que latiría tan rápido como cuando nuestros caminos se cruzaron. Es un recuerdo que se mantiene vivo y caliente en mi cerebro. Su cálida respiración agitada, el olor a miedo y desesperación mientras era empujada en mi guarida, sin saber qué esperar. Estaba paralizada cuando la empujé contra la pared pensando que era uno de esos idiotas haciendo una broma de mal gusto, pero en cambio... la oí gemir, retener la respiración e inhalar en mi maldita cara. Fue como una descarga de adrenalina inyectada directamente en mis venas porque de repente todo dentro de mí se puso en marcha y mis sentidos cobraron vida. Sentía todo, notaba que mis tripas maquinaban a toda velocidad, revolviendo como un hijo de puta todo lo que comí en la cena.
Se sentía como... como si quisiera vomitar arcoiris. Demonios.
Fue un puñetazo en mi cara. La posesión, la obsesión que recorrió mis venas cuando me incliné para respirar un poco más de su aroma. Mi bestia se deleitó dentro de mí, y por primera vez experimentó algo más que rabia. No pudimos alejarnos, e incluso cuando la arrastré a mi cama y la envolví con mi cuerpo toda la noche, despertar sin ella fue la agonía mas grande de mi vida. Sabía que no estaba loco, que no la había soñado, y aunque lo hubiera hecho... de igual forma hubiera salido a buscarla.
Estaba desenfrenado, desesperado, y jodidamente furioso por las emociones nuevas que me golpeaban cada dos segundos el pecho. Era doloroso no tenerla a mi lado, no saber su nombre, no tener su olor abrumando mis sentidos y calmando a mi bestia. Estábamos tan inquietos que no dudé en levantarme de la cama e ir tras de ella.
Fue la mejor decisión que he tomado en toda mi vida.
Puedo cabrearla con mis actitudes. Con mis celos, con mi posesividad, con mi maldito temperamento, e incluso con mi egoísmo, pero ella siempre será la única que va a arrancar esas emociones de mi.
Y mientras la veo caminar hacia mi, alegre y risueña, con el sol brillando a sus espaldas y una sonrisa enorme en su rostro, siento la explosión de paz que se lleva a cabo en las profundidades de mi estómago. Todo se desdibuja, no puedo parpadear por temor a que desaparezca. Mi corazón late demasiado rápido, más que en las peleas en las que he participado desde hace años, y aunque es extraño... se siente tan bien. Solo con verla se me atora la respiración porque el único aire que necesito respirar es el que la rodea. ¿Cuán jodidamente loco es eso?
Tuve suerte con ella porque Dios sabe que no merezco ninguna recompensa por mis actos. Aun así aquí está, embelesándome, volviéndome adicto a su dulzura, llenando de arcoíris un mundo que ha estado sumido en las sombras casi toda la vida.
No se como he podido capturarla -aunque dentro de mí sé con firmeza que aunque no me quisiera en su vida, haría hasta lo inimaginable para hacerla parte de ella. Skyler solo hizo que las cosas fueran un poco más fáciles. No sé qué le atrajo de mí, ni por qué me aguanta después de todo lo que la he hecho pasar. Sigue aquí conmigo, perdonándome a cada paso.
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Furia ilegal
Romance~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~ Intenso, feroz y jodidamente adictivo. "Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus" Hay muchas palabras para describirlo. Es una...