~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~
Intenso, feroz y jodidamente adictivo.
"Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus"
Hay muchas palabras para describirlo. Es una...
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A D V E R T E N C I A: Contenido +18. Leer bajo consciencia.
Donovan Hunter
La furia ruge dentro de mí mientras me alejo de ella. No puedo controlarla tanto como me gustaría porque se ve plasmada en mi cara a medida que me abro paso por la cocina y sigo el claro camino que me indicó Harry. Pero esto es mi culpa y debo atenderme a las consecuencias. Si no fuera por la ansiedad de que Sky vea mi regalo y se ponga feliz después de un día tan ajetreado, no estaría ahora mismo dejándola sola en una habitación donde solo hay otra persona con ella y no soy yo. La amenaza que lancé no es suficiente. No se siente suficiente ni aunque lo intentara, pero no puedo hacer nada al respecto.
Ella me sonreía como cuando volaba por el cielo el día que fuimos al parque mientras su aura se cargaba de bellos colores brillantes. Parecía un arcoiris resaltando entre las nubes grises luego de la tormenta. Destellaba, pintando el cielo y fascinando a cualquiera que la viera.
Era mi arcoiris, y lo sigue siendo dentro de mi enorme cielo oscurecido por demonios disfrazados de nubes, dispuestos a lanzar rayos que podrían tambalear mi mundo. Pero entonces allí está, radiante para mí, devolviéndome un poco del color que me hace falta.
Soy consciente de que podría haber esperado para mostrárselo. Haberla llevado a comer hasta que el cielo se hiciera aún más oscuro y dejar que se acurruque sobre mi pecho una vez llegáramos a mi guarida. Me haria el idiota y no prenderia las luces, como anoche, y esperaria con muchas ansias que la poca luz de la mañana no le hiciera notar la enorme tele frente a mi cama.
No se como no la vio esta mañana cuando se escapó de mi lado para ir a clases, pero le agradeceré a cualquiera que la haya hecho ser tan distraída como para no notarla.
Pero tenía que tenerla de esta manera. Me gusta tanto ver las diferentes formas de transmitir lo que siente que podría intentar llevar al límite cada una de sus capacidades. Sus ojos suelen contar toda la historia, pero verla sucumbir ante las emociones que no puede mantener encerradas... es fascinante.
La miraría embobado y boquiabierto por lo que dure la eternidad.
Y luego de lo que pasó en La cueva... no merezco ninguna de sus sonrisas. O sus risas. Carajo, ni siquiera que se mantenga todavía a mi lado. Debería haberla dejado correr, escapar del futuro que ambos sabemos que destrozará su mundo, pero soy tan malditamente egoísta que no puedo callar el rugido agónico de mi bestia ante la idea de no tenerla nunca más en nuestras vidas.
Es una necesidad posesiva, obsesiva, caliente y destructiva.
No puedo apaciguar a mi bestia. Solo ella puede... si se mantiene cerca.
Y aunque suene maniático, haré cualquier cosa para tenerla conmigo.
Mientras camino rápidamente por el camino, debo forzarme a no darme la vuelta y volver corriendo a ella. Ratoncito no parecía estar preocupada por dejarla a solas con Harry y Harry no parecía interesado en ella, pero no puedo poner la mano en el fuego por ello. Es imposible que alguien en este maldito planeta no quiera un trozo de ella, por más mínimo que sea.
