IMPERIO 16.

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Insulte de todas las formas posibles mentalmente al hombre que nos sigue en una camioneta solo por su nombre. Sí, me estoy comportando como el niño de mamá que al fin de cuentas soy, así que no me importa. Jodanse. Al menos sigo siendo educado como también me enseñaron.

34+35 de Ariana Grande inunda el auto, por supuesto yo no elegí esa canción. Lo hizo Hats, incluso canta y más bien luce como una invitación a que me la follé toda la noche. No tengo problema en ello.

—¿Tienes que hacer esas expresiones? — Golpea mi hombro cuando suelto una fuerte carcajada.

Me siento en un sofá mientras la maquillan y peinan, realmente no tardan mucho pues se supone que es ropa deportiva, las mujeres no se maquillan como si fueran a un evento social. Por suerte Hats no es el tipo de mujer que quiere ir al gimnasio en vestido, tacones, y demasiado arregladas; en algunas ocasiones ni siquiera se ducha antes de ir.

Yo vengo como su fotógrafo, pues necesita de todo un poco para subir a sus redes sociales. Lo único que necesito es subirla a ella en mis piernas, pero eso tendrá que esperar y la odio por eso.

Mientras observo todo el proceso se me ocurre una brillante y tal vez estúpida idea. Lleva puestos unos shorts negros con un poco de tela traslúcida en la parte baja con un top de tirantes normal también negro. El fotógrafo no debe decirle nada, Hats se adueña del lugar y de la cámara.

Tomo varias fotografías, pero elijo una en donde se le ven más grandes los pechos y el trasero — si es que eso es posible — antes de ponerla en mi storie de Instagram. Si Rachel quiere jugar a esa estupidez de los celos, ella va a perder. En un par de minutos muchos la ven, por supuesto que a todos les interesa lo que hace el hijo de Aisley y Aarón Ivanova. Pero no me toma ni cinco minutos que la persona que quiero la vea, el resto que se vaya al carajo.

En cualquier viaje que Hats y yo hacemos o si simplemente visitamos un lugar que nos agrade siempre tomamos fotografías que se quedan solo para nosotros. Digamos que son algo más cursis, pero es parte de lo que somos. Sí, son las típicas en el atardecer, en la playa tomados de la mano y cosas así, pero son momentos nuestros, que ninguna red social, periodista y algunas veces ni siquiera nuestra familia tiene que ver.

En los Hamptons tomamos una que incluso a Hats le pareció demasiado cursi pues ella no es tan cariñosa. Voy a romper nuestra regla de que solo las fotografías cursis son para nosotros. Estamos en la orilla de la playa en el atardecer, está sentada entre mis piernas y me da un beso en el cuello. Mi favorita es otra exactamente igual, pero tengo mis manos en sus pechos, pero sí prefiero que se quede solo para nosotros o la prensa va a comernos vivos.

En otro par de minutos se llena de likes, es el poder de etiquetar a Hats en una publicación. Para todos ahora debo estar perdidamente enamorado. La quiero mucho más de lo que le digo, pero, enamorado, no. Y no necesito una frase cursi para ello.

Uno de esos miles de likes es de Rachel y según Hats es su forma de decirme que ya vio la publicación. Las mujeres son tan complicadas con sus putas indirectas.

Rach: Eres un cínico.

Casi se me escapa una carcajada al leer el mensaje de Rachel. Lo logré, esta celosa. Por supuesto que abro el mensaje, pero no le respondo. Aunque realmente no fue una indirecta, vio la publicación, pero también lo dijo directamente. Me gusta.

Rach: ¡Y tan infantil que ni siquiera eres capaz de responder!

Sí, lo logré. Tampoco le respondo. Creo que, si es bastante infantil, pero no me importa en lo absoluto.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora