IMPERIO 31.

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Capítulo 1/3 de hoy.

Hoy es veinticuatro de noviembre, mi cumpleaños número veintidós. Oficialmente me convierto en accionista del Corporativo Ivanova, la verdad no entiendo por qué papá nos hace esperar hasta los veintidós si él construyó todo a los veinte años. Aunque quizá es por qué nos conoce y no es capaz de darnos un poder tan grande así de la nada. Siendo sincero, yo tampoco lo haría.

— Buenos días. — Hats roza sus labios con los míos, pero no quiero despertar aún. — ¿Quién pumpe añitos? — Se me escapa una carcajada.

Abro los ojos y la veo con una bata de seda roja abierta, solo con unas pequeñas bragas. Cuando pone su iPad frente a mi vuelvo a cerrar los ojos. Sabía que mamá haría la publicación en Instagram de cada año, aunque la verdad no me molesta, siempre elije fotografías mías de bebé lindas. Sé que ama presumir a su bebé en todas las redes sociales. No seré yo quién le diga que no.

— Eras un precioso bebé. — Me da un beso en la comisura de los labios. — Tengo un estupendo viaje planeado a Bora Bora el fin de semana.

Es mi cuarto cumpleaños con Hats y aunque sabe que no necesito que me regale nada siempre lo hace y siempre me sorprende. La verdad es que tiene una increíble creatividad para eso de los regalos.

— Este año tú regalo es mejor. — La observo sentada encima de mí.

— Hats, te tengo todo el año, pero no me quejo. — Suelta una carcajada. — Y tampoco voy a decir que no a esto.

— ¡No hablo de mí!

— Yo sí. — Me giro tomando uno de sus pechos entre mis labios y gime.

— ¡Oh Dios! — Grita con otra fuerte embestida.

— Hats, dudo mucho que a Dios le guste ver lo que estamos haciendo. — Se ríe entre gemidos.

— Sí, no creo que le guste ver como pones mis bragas rotas en mis muñecas y tu mano en mi nuca.

— Te gusta a ti. — Acaricio la cara interna de sus muslos para sentir sus fluidos corriendo.

— Deja de pellizcarme los pezones.

Ni por mil millones de dólares lo dejaría de hacer. Hace años se perforó el pezón derecho ya no usa el piercing, pero la sensibilidad se quedó y yo lo aprovechó bastante para lograr que este más que mojada.

— ¡Me voy a correr! — Grita arqueando la espalda y tira de mi cabello.

Sentir contra mis labios como a cada segundo se moja más, más y más es uno de mis más grandes placeres. Podría hacer esto todo el día.

— Hats. — Suelto una carcajada al ver mi regalo de cumpleaños.

— ¿Qué? — Sonríe con burla.

— Cada año me sorprendes más.

Es una almohada con una fotografía de sus senos, los conozco muy bien, sé que son suyos.

— ¡Así dejas de acostarte en los míos! — Me golpea con la almohada y suelto una carcajada.

— Siempre voy a preferir los originales. — Le guiño un ojo.

— Se me terminaron las ideas de cosas que regalarte. — Me hace un puchero pasando sus brazos por mi cuello.

— Vamos a estar solos en Bora Bora, ¿No? — Asiente. — Te voy a tener el fin de semana para mí, es un excelente regalo.

Hats me hace bajar y cuando lo hacemos me pellizco el tabique de la nariz.

— Feliz cumpleaños Ojitos. — Yami lleva en las manos un pastel.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora