IMPERIO 77.

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¿Qué si sentí celos cuando vi un pene en un chat de mi esposa?

No, digamos que sentí lástima por el pobre fotógrafo. Incluso me pareció gracioso cuando por error abrí el mensaje que había llegado al celular de Hats, logré tomarle captura antes de que el muy cobarde eliminará la imagen y debo aceptar que el mensaje sí me molestó mucho más que la fotografía.

Por curiosidad seguí leyendo los mensajes sin importancia, solo se trataba de confirmar sesiones de fotos, o que el puto fotógrafo le pedía que eligiera algunas que le había enviado a su email. Nada del otro mundo que necesitara tomarme muy en serio.

Cuando estaba a punto de dejar de lado el chat del puto fotógrafo y regresar a su Instagram vi algo que me llamó la atención: la mitad de una fotografía. La pierna de mi esposa.

Y entonces no supe ni siquiera que sentir cuando vi las fotografías que Hats le había enviado en un traje de baño que YO le compré. Revisé su email y vi lo que el puto fotógrafo había hecho con mi esposa. Esa ''sesión'' no la hizo ni de cerca de manera profesional. La hizo como sus ojos veían a mi esposa y entonces sentía que me iba a partir la mandíbula. Mejor dicho, quería partirle la mandíbula al puto fotógrafo y arrancarle los implantes a mi esposa.

Me lleno de ira saber que Hats había olvidado un trato que habíamos hecho hace años. Jamás le voy a prohibir que haga nada, pero solo le pedí una cosa: ella no iba a ir sola a ningún photoshoot si tenía que estar en ropa interior frente al fotógrafo.

No se lo pedí por ser controlador, mucho menos por celoso. Se lo pedí creo que por preocupación. Jamás quise que alguien pudiera intentar algo al ir sola a un estudio de fotografía cuando yo podía ir con ella siempre, aunque tuviese que dejar mis asuntos de lado. Jamás me importo hacerlo, jamás me queje al tener que estar sentado horas observando y esperando mientras la maquillaban, se tenía que cambiar de ropa, sentarme detrás del fotógrafo mientras hacia su trabajo.

No puedo decir que era lo más divertido del mundo, muchas veces me aburria, pero nunca quise dejarla sola. Prefería soportar el aburrimiento que lidiar con la culpa de que algo le pudiese pasar. Sé quién es Hats, conozco cien por ciento su cuerpo y no necesito ser adivino como para saber lo que un fotógrafo se imaginaria con ella.

Y cuando me di cuenta que le dio su autorización para hacer esas fotografías un día antes de que Candace nos autorizará volver a nuestra vida sexual, lo entendí. Hats quería que otro hombre la deseará y llegó la sensación que no quería sentir.

Además de los putos celos me sentí traicionado. No quería ni siquiera pensar en qué mi esposa se hubiese follado al puto fotógrafo. Y luego llegó la pregunta que me hizo arder el pecho.

¿Qué carajo le hace falta a Hats conmigo cómo para buscarlo en otro?

Le grité, terminó sollozando. Jamás habíamos llegado a ese punto, pero me sentí de verdad desesperado. Estaba celoso, incluso dolido. No debí lanzar su celular y que se destrozara; pero estaban pasando muchas emociones que no supe cómo controlar y a ella no le pondría una mano encima, así que su celular pagó las consecuencias.

Para mí sigue siendo Hats, sigue siendo mi esposa, pero los celos y el enojo no me dejaron procesar lo que ella estaba sintiendo hasta que la tuve dormida sobre mi pecho de nuevo.

El embarazo de Samadhi lo vivió tranquila y cómodamente. Nunca se quejó de que subió de peso, pues realmente no lo hizo de forma excesiva, su barriga no fue demasiado grande. Todo fue tranquilo.

Pensaba que lo mismo había sucedido con Addie, pues no hubo mucha diferencia, solo algunos kilogramos más que en el embarazo de Samadhi y por consiguiente su barriga se veía ligeramente más grande si comparabas los embarazos.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora