EPÍLOGO.

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Aidan.

¿Qué ha pasado los últimos años? Mis hijos por obvias razones crecieron. Samadhi, Varenka y Priyanka están por cumplir catorce años, Addie nueve y los gemelos siete.

Hace exactamente doce meses me tuve que despedir de mi mejor amiga, mis hijos tuvieron que despedirse de su mascota con la cual crecieron.

Farah falleció.

Estuve con ella en cada segundo; era verdad que su energía hacia tiempo atrás había dejado de ser la de un cachorro, se volvió una viejita enojona, había dejado de jugar con los niños, lo que más hacia era estar recostada, tenía una dieta muy diferente por su edad.

Sin embargo, el día que Farah ya no se levantó de su cama, ni siquiera para subirse a nuestra cama para recostarse en mi abdomen como siempre lo hacía, sabíamos que algo estaba mal. Cuando al día siguiente tampoco había querido comer absolutamente nada, ni siquiera beber agua. Las horas siguientes fueron muy difíciles para todos como familia, pero sobre todo para mí.

Farah no estaba bien. El veterinario nos recomendó que lo mejor era despedirnos de ella, pues su salud iba a seguirse deteriorando. Ella llegó cuando estaba solo en Canadá y no quería estarlo. Yo me enamoré de esa bolita de pelos que luego se convirtió en una enorme bola de pelos que jamás me dejó solo, me acompañó en cada momento de mi vida; quién estuvo presente y nos recibía moviendo la cola cuando un nuevo integrante de la familia llegaba.

Farah nos dio su vida entera, su amor, lealtad y todo lo que pudo. Así que yo le di una muerte tranquila. Estuve con ella en cada segundo, así como ella jamás me dejó solo, yo tampoco lo hice.

Los perros no son el mejor amigo del hombre, son muchísimo mas que eso y Farah para mí siempre había sido mucho más que mi mascota, muchísimo mas que mi mejor amiga.

Muchas veces mis hijas me reclamaron que yo quería más a Farah que a ellas, a lo que mi respuesta siempre fue que por supuesto que no, que yo las quería por igual a todas. Respuesta que por supuesto a mis hijas no les agradaba mucho. Pero el día que me tuve que despedir de Farah, solo a ella le dije la verdad. Yo siempre he querido mas a Farah que a mis propias hijas. Pero es un secreto que solo ella supo.

Fue demasiado difícil, les dejé muy claro a mis hijos que no quería más mascotas, pues cuando era niño tuve que enfrentarme a la muerte de M&M y Princesa, para bastantes años después tener que despedirme de Farah.

Sin embargo, Samadhi sigue ayudando a perros sin mamá, es decir, perros de la calle. Incluso hizo que mi papá le comprará una propiedad para tenerlos a todos, pues yo ya no la había dejado que tuviera tantos perros en nuestra casa.

Y aunque dije que no quería mas mascotas... un día Samadhi encontró a una cachorrita cerca de nuestra casa cuando regresábamos de casa de mis papás y como en su momento Farah me eligió a mí, entonces esa cachorrita también lo hizo. Es un poco más pequeña que un labrador, pero cuando la vi, mis hijos y Hats sabían que se iba a quedar con nosotros.

Y así fue, a nuestra casa llegó Farah II — nombre que le dieron los gemelos — y si fue como volver a tener a mi enorme bola de pelos. Incluso le gusta recostarse en mis piernas, pero para ella es mucho más sencillo, ya que no es muy grande y se puede acomodar perfectamente.

Abro la puerta principal de la casa, para que los gemelos y yo podamos entrar, pero los tres nos quedamos al final del pasillo principal de la casa cuando vemos a Samadhi y a Varenka pelear por un collar, mientras Hats trata de calmar la estúpida y obviamente innecesaria pelea.

—¿Piscina? — Susurro y ambos asienten sin dudarlo.

De fondo seguimos escuchando la discusión mientras los gemelos juegan en el agua y yo me recuesto en uno de los camastros a revisar algunos emails importantes de Ivanova Enterprise.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora