IMPERIO 62.

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Varenka y Priyanka son hermosas. Pero me molesta que todos digan que se parecen a alguien de la familia cuando no es así. Son unas bebés recién nacidas, no se parecen a nadie. Ni siquiera a mí, aunque eso dañe un poco mi ego. A este punto según mi familia, ya incluso tienen un poco de parecido con Farah.

Pero lo cierto es que es un alivio saber que ya no están en el hospital. Por supuesto la situación de que viviera aquí solo sería temporal, en cuanto salió del hospital regreso a casa de mis tíos. Rachel bajo los cuidados de su madre, que termino contratando a una enfermera para que las mellizas estuvieran monitoreadas las veinticuatro horas del día.

A Rachel le pareció exagerado, pues la pediatra, incluso mi abuela y demás médicos dieron su autorización para que las mellizas dejaran la incubadora y luego, el hospital. Sin embargo, a mí no me pareció exagerado, yo lo soy con Samadhi.

— ¿Segura que no quieres ir? — Le pregunto a Hats y niega.

— Estoy cansada. Además, Samadhi sigue dormida, no la quiero despertar.

Mis papás nos pidieron que los seis estuviéramos en su casa hoy, no tengo ni la menor idea para qué. No logré que mamá me dijera nada.

Cuando terminó de vestirme Samadhi ya está en la cama profundamente dormida, mientras Hats acaricia con suavidad sus pequeñas manos. Casi quiero recostarme y quedarme con ellas. Estamos intentando que duerma toda la noche, pero es imposible pues durante el día solo quiere estar dormida. La cargas, se duerme. En la cama, se duerme. En su cuna, se duerme. La bañamos, se duerme. No importa en dónde esté ella se duerme.

— Si me necesitas me llamas.

— Mjm. — Dudo que este del todo despierta, pero les doy un beso a ambas antes de salir de la habitación.

— Tienes cuatro autos aquí, ¿Y tengo que pasar por ti? — Le reclamó a mi hermano cuando paso por él.

— Cállate, no quería conducir.

— ¿Sabes que hay como treinta hombres en casa de mis papás que podemos utilizar como chóferes? — Se encoge de hombros. — Toda la vida hemos tenido chóferes y que yo sepa, no entro en ese puesto.

— Soy tu hermano menor, cállate. — Suelto una carcajada. — Me tienes que seguir cuidando.

— Sería el colmo que todavía lo tuviera que seguir haciendo.

— ¿Mamá te dijo para qué teníamos que ir? — Niego. — No entiendo, el sábado estábamos todos juntos cuando Varenka y Priyanka llegaron a casa y no nos dijeron nada. — Frunce el ceño. — ¿De casualidad no dejaste embarazada a otra? — Niego con una carcajada.

— Tres niñas serán suficientes para el resto de mi vida.

—Quién diría que ibas a terminar teniendo tres niñas. — Resoplo.

— Ya cierra la boca o te juró que vas a cuidarlas a las tres cuando me estresen. — Se ríe. — Al fin que eres su tío, también es tu obligación.

Cuando llegamos Andrei detiene su auto a un lado del mío. Sigue molesto por lo que dije hace meses, pero sabe que no me voy a disculpar pues es la verdad. Keysi no se molestó conmigo, creo que incluso ella sabe que tengo toda la razón.

— Hola mi amor. — Le doy un beso en la mejilla a mamá.

Me sorprende verla sin tacones, incluso lleva ropa deportiva. No la llaman la bella doctora Ivanova por vestirse de esta manera.

— ¿Por qué teníamos que estar los seis? — Comienza Aitana.

— ¿Estás bien mamá? — De verdad es extraño verla así. Me mira ofendida.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora