IMPERIO 60.

349 18 1
                                    

Yo no me calmó hasta que Candace hace la ecografía y nos confirma que ambas están bien y Samadhi puede nacer por parto natural sin problema. Justo ahora comienzo a creer que sería mucho mejor una cesárea. Al menos para mí. Sería más rápido, sin tantos nervios.

— Voy a revisarte y saber cuántos centímetros de dilatación tienes.

Siento que en cualquier momento va a explotar del dolor. No hace ni una sola mueca, es como si no estuviera embarazada. Mientras que yo quiero vomitar, llorar, salir corriendo de los putos nervios que no se van.

— Tienes cinco centímetros de dilatación.

¡Eso es la mitad! ¿Cómo puede estar tan tranquila? Y no soy el único que piensa que está loca. Samadhi pudo nacer incluso en nuestra casa.

— Comencé a sentir dolor como a las 8:00am, pero era muy poco así que lo ignore y me concentre en no pensar en ello.

¡Es la 1:00pm! Tuvo contracciones desde las 8:00am no me dijo nada y yo seguía en nuestra casa. Quiero golpearla por ser tan inconsciente.

Candace me dice discretamente que va a tomar una muestra de sangre por si Hats tomo algún medicamento fuerte que la ayude con el dolor. No la creo capaz, pero es mejor descartar eso. No sé si tomo algo, pero si lo hizo yo quiero de esa maldita cosa. No importa lo que sea.

— Amor, estamos bien.

— ¿Por qué no me dijiste que tenías piquetitos?

— Para no asustarme yo, así que no me asustes ahora. — Le doy un beso en la frente.

Incluso tengo que tomarle fotografías en la cama para subirlas a Instagram y es que se tomó su tiempo de maquillarse. Ya solo me falta que vaya a estar pujando y se quiera retocar el puto maquillaje.

— Amor, ayúdame, quiero ir al baño.

Mordiendo mi labio inferior por los nervios y esperando a que no sea posible que Samadhi nazca mientras hace pis la acompaño al baño. Mentalmente cruzo los dedos y todo lo posible para que eso no suceda o me terminaría matando.

— ¡Ay no, amor! — Grita después que se escucha que algo caer al agua. ¡No me jodas! — Se me cayó la bolsa del suero.

Y a mi casi se me cae el alma del puto susto. Pensé que al abrir la puerta iba a ver a una bebé. A cada segundo que pasa mis nervios y tensión suben.

— Amor, tienes que relajarte, estoy bien.

—¿De verdad no te duele? — No puedo evitar mirarla con incredulidad.

—Obviamente me duele Aidan. — Pone los ojos en blanco. — Siento el dolor más fuerte de mi vida, voy a dar a luz, pero gritar y llorar como loca no van a ayudarme, solo estoy tratando de estar tranquila.

Mientras una enfermera le cambia el suero yo salgo con Candace que me muestra los resultados de la prueba de sangre. Lo único que hay son sus vitaminas que se toma a diario y son las que le recetó desde el inicio del embarazo. No hay nada que medicamente le ayude al dolor. Al parecer solo es su modo hippie lo que la ayuda en estos momentos.

— Siete centímetros, a esta bebé le urge salir. — Y a mí lo que se me va a salir es el vómito si sigo viendo a Hats tan tranquila.

Desde hace más de una hora nuestra familia está en la sala de espera, pero Hats no quiso que nadie más entrara para no ponerla nerviosa y sus ''piquetitos" fueran peores.

— Respira conmigo amor, no estés nervioso.

Terminamos haciendo una mini sesión de yoga en la habitación del hospital mientras ella está en trabajo de parto y aunque odie admitirlo funcionó, pero la hubiera agradecido desde que llegamos.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora