IMPERIO 50.

311 15 0
                                    

Cruzo las puertas que no debí haber cruzado en primer lugar con mis manos formadas en puños, el pecho doliendo como si el aire me faltara. No puedo quedarme en esta clínica cuando me está asfixiando. No pienso quedarme a unos metros en dónde un médico esta sacando del cuerpo de Hats a mi bebé. No puedo y no quiero.

—¡AIDAN! — Me sobresalto con el enorme grito.

No debería girarme, pero lo hago después de escuchar las puertas azotarse contra las paredes. Veo a Hats con el rostro lleno de lágrimas correr hacia mí.

—¿Qué... — El resto de la frase muere cuando salta a mis brazos sollozando.

—¡Eres un idiota! Ese lo siento no era para ti, era para el medico por hacerlo perder el tiempo. — Solloza en mi hombro. — Creí que lo habías entendido amor.

La abrazo hundiendo mi rostro en su cuello, mi cuerpo se relaja cuando puedo volver a respirar. No lo hizo, sigue embarazada.

—Lo lamento, seguía en shock, confundida y pensé que debía ir por mi abrigo y mi bolso que estaban dentro de esa habitación, pero la enfermera me dijo que te habías ido.

—Vámonos de aquí. — La pongo de pie y beso su frente antes de tirar de su brazo para salir del lugar que me está asfixiando.

— ¿Estás seguro de esto? — Aún le tiemblan la voz cuando subimos al auto.

— La verdad es que no sé. — Reconozco. — Solo no quería que lo hicieras.

—Aidan, ¿Qué mierda vamos a hacer nosotros con un bebé? Somos un desastre juntos. — Bien, es algo que no puedo discutir.

— No tengo ni puta idea. No sé qué vamos a hacer con un bebé probablemente sería peor que nosotros, no tengo idea que vamos a hacer.

— Aidan, no podemos preparar comida para nosotros mismos, la mitad de las croquetas terminan en el piso cuando alimentamos a Farah y Heiko. ¿Así vamos a tener a un bebé?

— Un punto a nuestro favor es que los bebés no comen croquetas.

— Vamos a tener un bebé. — Se ríe.

— Vamos a tener un bebé. — Yo suelto una carcajada.

Dos segundos después ambos nos estamos riendo a carcajadas y la verdad es que no tiene nada de divertido, pero creo que es una risa nerviosa. Tengo veintitrés años, Hats aún veintidós. Somos muy, muy irresponsables en nuestra vida personal, somos un desastre en casa, no sabemos hacer nada básico y aun así vamos a tener un bebé.

— ¿A dónde vamos? — Frunce el ceño.

— Al hospital, una ginecóloga debe llevar el registro de tu embarazo. Dudo que lo hagas tú misma.

— Te recuerdo que aún no tengo ginecóloga y en dónde me hice la prueba de sangre ahí mismo me hicieron la ecografía rápido.

— Tengo una tía que es ginecóloga por si lo olvidas.

— No quiero ir con la mamá de Rachel, ni lo pienses.

— Pues también tengo una hermana que es médico y nos puede recomendar una. — Me encojo de hombros.

En el hospital Hats solo le dice a Aitana que necesita una nueva ginecóloga pues no tenía ninguna fija en Nueva York por estar viajando constantemente. Primero por supuesto que nos recomienda a mi tía Régine pues además es la jefa de obstetricia en este hospital, pero Hats se niega así que pasa a la segunda opción: Candace Black que al parecer es una de las mejores alumnas de mi tía.

Nos reciben incluso sin cita, tiene muchas ventajas ser el nieto de los dueños. Aunque estoy demasiado nervioso.

Candace Black debe tener más o menos cuarenta y cinco años, jamás he sido celoso así que me da igual si es un hombre o una mujer quién atiende a Hats. Es demasiado extraño entrar con ella al consultorio, jamás lo había hecho.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora