IMPERIO 27.

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Tres días después tengo cinco cachorros en el penthouse; a Hats, Circe y Yami enamoradas de ellos. Son dos hembras y dos machos que la verdad son lindos, pero no pienso quedarme con los cuatro. El veterinario me dijo que los cinco están perfectamente bien y Farah no tuvo problema en dar a luz. Uno de los machos es color chocolate y los otros tres dorados como Farah. Quizá me quedé con él.

El veterinario nos recomendó no alejarlos mucho de ella o se podría poner algo agresiva pues es natural que sean muy sobreprotectoras con sus cachorros las primeras semanas de nacidos. Básicamente como cualquier otra mamá.

Circe se convirtió en la nana de cinco cachorros, pero está enamorada de ellos y los quiere como si fueran los hijos que nunca quiso tener.

Hoy es el cumpleaños de Yami, pero aun así no nos dijo nada e incluso hablo más que nunca durante las clases.

- Oye, ¿Tienes algo que hacer hoy? - Le pregunta Hats.

- Pues hoy no voy a cuidar a los niños, sus abuelos vinieron de visita así que seré libre durante el resto de la semana. - Suspira.

- Ven al penthouse y nos cuidas a nosotros. - Le guiño un ojo y me golpea con su carpeta en el brazo.

- Ya pueden cuidarse solos. - Los tres soltamos una carcajada. - Solo porque no tengo nada más interesante que hacer.

En la clase que solo tenemos ella y yo estuvo un poco distraída e incluso se recostó en mi hombro durante casi toda la clase sin hablar mucho pues es la última. No quiero ni siquiera imaginar lo difícil que debe ser este día.

- Ojitos, mejor los veo mañana, tenemos tres exámenes la próxima semana. - Resopla.

- No, vamos. - Frunce el ceño. - Yami, no me jodas, eres la última persona en este lugar que necesita estudiar para un puto examen.

- ¿Estás diciendo que soy más inteligente que tú?

- Tal vez. - Suelta una carcajada.

Pero la realidad es que es mas inteligente que el noventa y cinco por ciento de los alumnos de esta universidad, me sorprende que haga muchas cosas con demasiada facilidad y creo que hasta sin pensar mucho. Lo que no me sorprende es que haya conseguido becas por excelencia académica, Yami de verdad se gano su lugar en esta universidad.

- Me alegra que hayan elegido Sídney para estudiar.

- A mí también me alegraría si hablarás menos. - Me vuelve a golpear mientras caminamos al estacionamiento en dónde Hats ya debe estar esperando. - La verdad es que voy a lanzarte por la terraza de una vez por todas.

- Ya decía yo que era demasiado bueno que quisieras que fuera con ustedes. - Suelto una carcajada. - Me sigues cayendo bien ojitos.

- Tú a mí no. - Camino dejándola atrás con la boca abierta.

- No es cierto, me quieres, aunque lo niegues.

- Tal vez. - Le guiño un ojo y sonríe.

- A la única mujer que quiere de verdad se llama Aisley Ivanova y es su mamá. - Se burla Hats y me encojo de hombros. No me molesta aceptar que tengo ''mamitis'' como dice Danielle.

Yami habla, habla, habla y habla durante todo el camino, Hats ya también se une a ella siempre y por supuesto no falta que comiencen a cantar como locas.

- ¿Cómo me dijiste que se llama tu tío? - Alzo una ceja.

- Tengo varios tíos Yami.

De hecho, hay varias cosas sobre mi familia que no sabe. Nací con cuatro apellidos importantes sobre mí: Ivanova, Káiser, Voronin y DeLuca. Nací y yo no tenia que preocuparme de nada económicamente, pues hay un sinfín de empresas que hacen crecer la fortuna Ivanova; además un centenar de hospitales alrededor del mundo que forman parte de la Fundación Memorial Káiser; hoteles, farmacéuticas y otras empresas por parte de la familia Voronin que también suman a la ya enorme fortuna Ivanova. Y, por último, pero no menos importante, tengo como abuela a la mejor pediatra del mundo.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora