IMPERIO 43.

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Hats.

Son las 4:00pm cuando todos los hombres regresan, en algún punto la señal del auto estaba en un bosque, literalmente en medio de la nada. Sin embargo, en otro punto la señal se perdió, al llegar al bosque no había nada y ahora un equipo de búsqueda trata de encontrar a Aidan.

Comenzó otra pelea, pero al final las mujeres terminamos ganando y estamos en el enorme bosque. Simplemente yo no podía quedarme aquí sin hacer nada, solo esperando sentada a saber algo. Necesito saber en dónde está, pero, sobre todo, saber cómo está.

El jefe de la policía nos dijo que Farah podría ser de ayuda pues los perros reconocen el olor de sus dueños así que la llevo conmigo. Incluso ella esta desesperada, no ha dejado de ladrar desde que llegamos a este bosque.

— ¡Aidan! — Todos comenzamos a gritar.

No tengo idea que voy a hacer sino lo encontramos o si está mal. No tenemos idea de que fue lo que realmente pasó. Han pasado muchas horas desde la última vez que lo vi. Las lagrimas escapan de mis ojos humedeciendo mis mejillas.

— Oye, no estamos paseando, tienes que encontrar a papi. — Le acaricio la oreja a Farah.

Este maldito bosque es enorme, siento que debimos comenzar a buscarlo aquí desde que salió el sol. En menos de cinco horas se va a ocultar y será más difícil. Por lo menos no ha comenzado a llover, no ha hecho mucho calor y creo que eso me hace sentir un poco más tranquila. Solo­... necesitamos encontrarlo.

— Hats. — Damien se acerca a mí por la espalda.

— No sabía que estabas aquí. ¿Cuándo llegaste? — Me limpio las lágrimas.

— Rachel y yo aterrizamos hace como una hora. — La verdad es que escuchar su nombre no es lo que prefiero en estos momentos. — ¿Cómo estás? — Es pregunta más estúpida que hay.

— Aidan está desaparecido. ¿Cómo mierda quieres que esté? — Le espeto molesta.

— Es demasiado egocéntrico como para irse así nada más. Lo vamos a encontrar.

Suspiro, pero no respondo y prefiero acercarme a Andrew que por supuesto está aquí. No llego a primera hora, pero está.

Llevamos poco mas de una hora caminando, aunque puedo pasar dos horas o incluso mas en el gimnasio, me siento tan agotada en todas las formas posibles. Es como si hubiese corrido cincuenta kilómetros y estado todo el día en el gimnasio levantando pesas.

En el momento en que me detengo unos segundos Farah tira tan fuerte de la correa que escapa de mis manos y comienza a correr sin dejar de ladrar.

— ¡Farah! — Le grito, pero continúa corriendo.

Otros perros comienzan a ladrar, el jefe de la policía y otros oficiales los siguen, pero yo no entiendo nada solo comienzo a caminar con el corazón latiendo con mucha fuerza.

— Hats. — Me quito a Andrew de encima.

Me acerco hasta el lugar en donde escucho a Farah llorar, hay policías, Aisley se acerca más que yo, luego comienza a llorar y a gritar. Es como si todo fuera en cámara lenta, pero a la vez en cámara rápida, todos hablan y se mueven tan lento, pero tan rápido a la vez. No logró escuchar lo que dicen.

Veo a Farah tratando de acercarse, pero no la dejan. Sé que es él.

— ¡Necesito que todos guarden silencio! — Uno de los paramédicos se pone en cuclillas.

— Nena. — Doy un par de pasos hacia adelante ignorando a papá.

—No tiene pulso. — Aarón trata de detener a su esposa que esta a nada de perder el control.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora