IMPERIO 35.

192 15 0
                                    

Me despierto cuando mamá me obliga a hacerlo e Irene sigue dormida, mi habitación está llena de juguetes, ropa y pañales de bebé. Definitivamente esto no me ayuda a querer tener hijos. Mi sobrina de unos cuantos meses casi me vuelve loco en unas horas. No imagino como sería mi vida si la vida de otro ser humano dependiera de mí.

— No voy a volver a hacer esto. — Mamá se ríe y toma a Irene con cuidado para no despertarla.

— Para ser tu primera vez cuidando a una bebé lo hiciste bien mi amor.

Por supuesto que no pierdo la oportunidad de reclamarle a Keysi todas las cosas que su hija me hizo. La voy a denunciar por maltrato a tío.

— ¡Es una bebé de ocho meses! No hace eso. — Suelta una carcajada.

— ¡Eres un monstruo! — Irene se ríe y me vuelve a rascar la barba.

Iba a volver a salir, pero mejor pasó de ello e incluso me quedo dormido después de que Yami me confirmé que si va a venir a Nueva York. A su vez, eso solo me confirma que las cosas en Sídney empeoraron para ella; ahora no puedo dejar de preguntarme si Yami se enamoró de Pamela.

¡Necesito respuestas con urgencia! Debí ir yo mismo por ella, así tendríamos muchas horas de vuelo para que me pusiera al día. Por desgracia, lo pensé demasiado tarde.

Al parecer no piensan dejarme dormir, así como ayer que fue Aitana, esta vez la cama se vuelve a hundir despertándome y solo pueden ser las gemelas. Dudo que sea Aarón. Lo sacaría de una patada de mi cama en caso de que fuera él.

— Aidan. — Me despierto de golpe al escuchar el susurro de Rachel.

— ¿Qué haces aquí? — Enciendo la lámpara de mi mesita de noche y veo la hora en mi celular. 2:30am. — Rachel, ¿Qué haces aquí? — Se quita los zapatos, se mete debajo de las sábanas y me abraza.

— Solo déjame dormir contigo hoy. — Frunzo el ceño.

— Rachel, es mejor que te vayas de una vez. — Niega. Se incorpora y se quita la blusa sentándose a horcajadas en mi regazo.

— No me voy a ir, ¿No entiendes que mi dignidad y autocontrol se van a la mierda cuando sé que estás a quince minutos de distancia? — Acaricia mis labios con los suyos. — No puedo estar lejos de ti teniéndote tan cerca. No puedo. Por favor, no me pidas que me vaya.

— Te dije que no lo volveríamos a hacer aquí, tienes que irte. No pienso meterme en problemas con papá. — Niega y me vuelve a besar. — Rachel. — Mueve sus caderas y...

— Una vez Aidan, una vez más. Ya estoy aquí, no me rechaces como siempre lo haces, no lo hagas.

— ¡A la mierda! — Me giro quedando encima de ella y sonríe victoriosa.

— ¡Me voy a correr! — Exclama en un susurro.

— No lo hagas. — Mueve las caderas buscando la presión que no pienso darle.

Sé que una vez más estoy cometiendo una estupidez, pero simplemente es que no puedo evitarlo y esta vez no fui yo quien la buscó. Así que por primera vez tengo con que defenderme ante el regaño de mi hermano.

— ¿Rachel? — Mamá frunce el ceño. — ¿Qué haces aquí tan temprano?

— Vamos al gimnasio mamá.

— Vale, con cuidado mi amor, te amo. — Le doy un beso en la mejilla.

— ¿Y tú a dónde vas?

— Tengo una reunión en VASYF y luego en los tribunales federales.

— ¿A discutir con mi tío? — Se burla Rachel y mamá asiente resoplando.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora