IMPERIO 26.

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Llevamos cinco semanas de clases, cinco semanas en las que Yamile siempre ha estado con nosotros, de verdad que me cae bien, se convirtió en mi amiga, pero también la quiero lanzar por la terraza del penthouse.

Es una especie de cariño/odio hacia una persona; en dónde quieres que cierre la boca diez minutos, pero también sabes que si lo hace será muy raro. La quiero cerca de mí en clase pues las hace más ligeras, pero también la quiero poner en un bote y que se quedé en el océano Índico o en el Pacífico que está más lejos para no verla.

— ¡Hola ojitos! — Me da un beso en la mejilla.

Desde el día siguiente que la conocí me comenzó a llamar así y dejé de protestar cuando me di cuenta que no iba a servir de nada. Es como decirles a las gemelas que no me llamen Dadan. Completamente inútil, pues siempre lo harán. Yami es como las gemelas, pero de mi edad.

— ¿Hoy si te vas a quedar callada? — Cada mañana se lo pregunto con esperanza.

— No. — Sonríe y se va con Hats que estaba terminando de tomar sus cosas del auto. — ¿Cómo está Farah? — Resoplo.

Ayer la llevamos al veterinario pues estaba un poco extraña y se supone que ya debe de dar a luz. Son cuatro cachorros y aún no tengo idea que voy a hacer con ellos. No quiero cinco cachorros en el penthouse.

Aunque no lo puedo negar, ha sido divertido tenerla con nosotros embarazada, pero solo quiere dormir, la hemos tenido que obligar a salir a caminar un rato por ordenes del veterinario. Hats se ha divertido mas que nadie sintiendo como los cuatro cachorros se mueven en su interior.

— Está a punto de convertirse en abuelo. — Se burla Hats pasando su brazo por mi cintura.

La primera semana de clases más de uno nos veía mal por hablar con Yamile. Según ella es algo así como la ''apestada'' de aquí solo por ser becada. Eso siempre me ha parecido demasiado estúpido, en una universidad como esta si tienes una beca es solo por una razón: eres brillante. Yamile es demasiado inteligente, es como una calculadora humana, tiene una beca completa y si mantiene su promedio perfecto terminará la carrera en Oxford. Eso significa una cosa: también la veremos en Londres.

En ningún momento ha negado que ha estudiado en colegios privados gracias a becas y no es algo de que avergonzarse, al contrario. Ella nació en McAllen, Texas y vivió ahí hasta que le ofrecieron una beca para estudiar en Los Ángeles, luego una nueva beca para la universidad es Sídney. Aquí ha vivido con tres familias que aceptan a alumnos de intercambio así que no debe preocuparse por pagar una renta.

Yo no soy el número uno de la clase, pero tampoco soy un inútil que no sabe sumar. Nunca he querido graduarme y tener un título que literalmente fue comprado; la verdad es que no me quiero ir a la quiebra.

— Yami, sabes que no va a aceptar el dinero, ni siquiera sé para qué te molestas. — Hats resopla y yo le doy la tarjeta al mesero.

Ese ha sido el problema número uno con Yamile. Siempre que venimos a desayunar quiere pagar su comida y me siento extraño cuando quiere hacerlo. Se molesta cuando no quiero recibir su dinero, no lo he hecho y no lo voy a hacer.

— No me caen bien por su dinero. — Pone el dinero encima de la mesa.

— Y yo no me voy a ir a la quiebra por pagar tu desayuno. — Se lo regreso. — No seas ridícula, por Dios.

Nos ha repetido que no está con nosotros por nuestro dinero o los beneficios que pueda tener y es obvio que no es así. Solo dos veces nos ha dejado llevarla a dónde vive, la primera porque estaba lloviendo y la segunda porque ya era muy tarde. Incluso conocimos a la pareja con quien vive y a sus hijos.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora