IMPERIO 53.

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En cuanto estamos dentro comienzan los gritos, pero ya me lo imaginaba. No puedo culpar a Danielle por estar así de molesto mientras que mi tía Régine sigue en shock o algo así pues ni siquiera es capaz de hablar.

Sé que esta vez me gane totalmente todo lo que está por venir, no hay nada con lo que me pueda defender.

—¡Es mi hija, es tu prima! ¡Te follaste a mi hija, a tu prima! — Me grita Danielle.

Luego un golpe que no vi venir y que me llena la boca de sangre.

Hay dos razones por las cuales no le regreso el golpe. La primera — y más importante — Danielle Voronin de una u otra forma ha sido como mi padre, crecí con él, me vio nacer, soy lo que soy en parte gracias a él. Y la segunda, me lo merezco, me metí con su hija, con su mayor debilidad. Solo por eso lo acepto. Por el respeto y cariño que le tengo no diré o hare nada.

—¿Ya terminaste de gritarle y golpear a mi hijo? — Papá está demasiado tranquilo.

—No me jodas Aarón. ¡Se follo a mi hija! No pueden decir que está bien.

—No somos nada Danielle, no hay ningún lazo de sangre que nos una. — Me limpio la sangre de la comisura de los labios. — ¡Somos primos porque así ustedes lo decidieron, no nosotros!

—¡Te vi nacer, estuve presente el día del parto! ¿Y te follas a mi hija?

Y precisamente por eso no le regrese el golpe. Lo respeto como respeto a papá.

—No voy a disculparme por haber tenido sexo con Rachel, ambos sabíamos lo que hacíamos. Ya no somos niños. De lo único que voy a disculparme es de haber lastimado a Rachel, pero eso ya lo hice con ella, no voy a disculparme con nadie más si es lo que planean. Estas en todo tu derecho de estar molesto, pero no voy a pedirte perdón de rodillas.

—Lo siento papá. — Rachel solloza.

—Le hiciste a mi hija lo que jamás hubiera querido que un hombre le hiciera.

—Y yo estoy haciendo lo que tú me enseñaste tío. Me amarre las pelotas y dije frente a cientos de personas lo que en verdad paso; me folle a Rachel más de una vez, no me arrepiento, no la viole, no estábamos ebrios cuando paso, sabíamos lo que hacíamos. No voy a disculparme contigo, ni con mi tía, ni con mis papás, ni con nadie de la familia. Ya no somos niños, no me voy a disculpar y Rachel tampoco tiene porque hacerlo. Es nuestra vida, son nuestras decisiones.

—¡No me vengas con eso, joder! — Me grita.

—Danielle, debes calmarte. — Mi tía Régine se acerca a su molesto esposo.

—¡No me voy a calmar! ¿En verdad nadie va a decir nada más?

Para mi sorpresa nadie habla, ni siquiera mi abuela Karina que sigue muy molesta y sé que seguirá así un tiempo. Nos hacen contarles con lujo de detalles desde la primera hasta la última vez que tuvimos sexo. Sabía que no sería buena idea pues solo logra que mi abuela esta vez si quiera asesinarme al igual que mi hermana y Danielle pues él ha querido asesinarme desde que se enteró.

Por supuesto parte de eso implicaba que mi hermano dijera que él sabía todo desde un inicio, papá en esa parte si se molestó un poco. Pero es mi hermano, no podía acusarlo de algo que obvio yo hice y todos saben la lealtad que nos tenemos, Aarón jamás hubiera dicho lo que realmente sucedió. Pero mi sorpresa es que Damien también lo supo desde el día en que yo me fui del país.

Rachel solo sollozo y volvió a disculparse mil veces más. Yo no lo hice y no pienso hacerlo. Por Dios, ya no somos niños. Sí, somos familia y siempre estuve consciente de ello, sin embargo, no hay ningún lazo de sangre. No me jodan, nadie puede decir que es incesto. Me folle a Rachel, no a Melinna.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora