IMPERIO 33.

203 12 1
                                    

Capítulo 3/3 de hoy.

Hoy finalmente nos vamos de Sídney, disfruté estar aquí y sobre todo demostrarle a mi papá que tenía razón al querer invertir en ese edificio. Aunque aún no se lo puedo echar en cara, hace solo una semana comenzaron todas las remodelaciones que serán mucho menores que el edificio actual.

Pero cuando todo este terminado y salga exactamente como yo lo planee, no puedo esperar a echárselo en cara y obligarlo a decirme esas dos palabras que amo y que casi no salen de la boca del ministro Ivanova. — Tenias razón.

— Yami, deja el puto drama y ven con nosotros a Nueva York. — Le vuelve a insistir Hats.

— ¿Para qué te vas a quedar aquí? — Alzo una ceja.

— ¿Para trabajar un par de semanas más? — Lo dice como si fuera lo más obvio. Quizá para ella lo es, pero no para mí. — Yo no soy millonaria, necesito dinero.

— Yami... — Me interrumpe.

— No me voy a ir de aquí Ojitos. Al menos no aún no. — Suspira.

— Bien, la primera semana de enero tengo que regresar para seguir con asuntos de los edificios y te voy a llevar conmigo, quieras o no. — Le advierto.

— Y luego nos vamos a ir a Ibiza una semana. — Continúa Hats.

— ¡No voy a ir Ibiza con ustedes! — Exclama.

— Ya lo veremos. — Le guiño un ojo.

— ¡Eres insoportable! — Cruza los brazos.

— Te veo en unas semanas. — Va con nosotros al aeropuerto para despedirse mientras tienen todo listo con el jet.

Yami de verdad se convirtió en alguien demasiado importante para mí estos meses. Juro que insistí en que viniera con nosotros a Nueva York, aunque fuera unos días y luego podía pasar tiempo con su familia, pero se negó.

— ¿Sabes? Creó que Yami no quiere regresar a Texas por miedo a que sus papás sepan que es bisexual. — Asiento.

La verdad es que yo también lo he pensado varias veces. No debe ser fácil vivir ocultándole a tu familia quién eres en realidad. Hasta el momento Yami jamás se ha enamorado de verdad de una mujer, solo ha sido sexo, pero así es ella y quizá sus papás no se lo tomen tan mal como piensa. Aunque prefiero no suponer nada, ni siquiera conozco a sus papás y para hacerlo mucho más difícil, es una familia religiosa y según Yami, algo conservadora.

— ¿No quieres volver a estar con una mujer? — Me burlo, pues sé que no le gustó.

— ¡Primero me matas! No sé cómo es que acepté cumplir esa fantasía machista de tu parte. — Suelto una carcajada.

— Hats, te corriste, no puedes negar que lo disfrutaste. — Sonríe un poco. — Y tener sexo no es ser machista, no seas ridícula. No es como que solo los hombres tengamos sexo.

— Poquito. — Reconoce. — Pero la verdad es que no lo volvería a hacer.

Dramatiza demasiado, solo se lo dije dos o quizá tres veces y luego cuando se dio el momento acepto el trío sin problema, pero sí me dijo que no se sintió muy cómoda y que no lo volvería a hacer. Por supuesto que jamás la obligaría.

— A decir verdad, no necesito dos mujeres para tener un orgasmo que tú sola me puedes provocar.

— Veamos si es verdad.

Cuando se recoge el cabello una erección aparece y cuando se arrodilla frente a mí mordiendo su labio inferior sólo empeora.

Al aterrizar en Nueva York como siempre mamá está aquí, pero me parece extraño que papá no.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora