IMPERIO 39.

177 13 1
                                    

Se suponía que íbamos a estar siete días en Ibiza, pero se convirtieron en once y la resaca sólo aumentó. Por supuesto que no planeaba volver a volar casi diez horas para regresar a Nueva York menos de veinticuatro horas antes de volver a subir a un jet y luego siete horas más de vuelo de Nueva York a Londres. Prefiero pasar dos horas y media de Ibiza a Londres.

No hay mucho que decir sobre nuestras vacaciones por Ibiza que no sea posible imaginar. Clubes nocturnos, fiestas incluso en la calle, alcohol, sexo, alcohol, sexo, más alcohol, más sexo, MUCHA resaca, demasiada para mi gusto. Incluso siendo arrastrados por Hats a una maldita playa nudista — a la que Rachel y Betsy se negaron a ir —, y lo más importante, sin un escándalo por parte de la prensa. Esta vez nos portamos bien, no como en Las Vegas.

— ¿Cuándo vas a dejar de ignorarme? — Rachel tira de mi brazo.

— Siempre te respondo, no te estoy ignorando.

— ¡Hace más de una semana me dijiste que íbamos a hablar cuando viniéramos a Ibiza!

— Hablamos todos los días.

— ¡Me follaste en el baño en el primer club al que fuimos!

— No te escuché decirme que no. — Se sonroja. — A menos de que la música haya estado tan fuerte que no te escuche; en su caso, no hiciste nada para que me detuviera.

— ¡Solo me has follado las veces que quieres, pero no hablas conmigo! — Suspiro.

— ¿Y qué piensas Rachel? No estamos de luna de miel, no estamos de viaje como novios ni nada por el estilo, y si estás pensando que vinimos como tal, es mejor que te saques eso de la cabeza de una vez por todas, que estas muy equivocada.

— Aidan. — Me vuelve a detener antes de que me vaya.

— ¿Qué? — Le respondo con fastidio.

— ¿Estás con ella después de estar conmigo? — Sonrío.

— Yo siempre estoy con Hats y lo sabes. — Baja la mirada. — Ya basta de escenas de celos Rachel.

— ¡Le dije a Alex que se fuera a Florida para poder estar más tiempo contigo! — Suelto una carcajada.

— Tú error, no mío. No sé qué es lo que pretendes. Te deje las cosas demasiado claras desde un inicio. — Me acerco a ella. — Es solo sexo. — Susurro despacio. — Y en todo caso, ni siquiera tenía que decir nada, la situación habla por sí sola. Tú debías tener todo claro en el momento en que me dijiste follame.

— ¿Por qué no aceptas que sientes lo mismo por mí? — Niego despacio.

— Yo no siento nada por ti Rachel así que no te confundas. — Se le llenan los ojos de lágrimas. — Sí, teníamos dieciocho años cuando te folle por primera vez, pero fuiste otra más que se metió en mi cama. Me gusta ser el primero de cualquier mujer, no me olvidan Rachel. — Acaricio su labio inferior. — Y por supuesto que tú tampoco lo has hecho, pues estas aquí pidiendo algo imposible.

— Yo te amo Aidan. — Le tiembla el labio inferior.

— Yo no he hecho nada para que te enamores Rachel.

— ¡Haces algo cada vez que estás conmigo! Tú me amas igual que yo a ti.

— Deberías entender de una puta vez que no hay nadie en este mundo que me importe más que yo mismo. No te amo, no siento nada por ti más haya de ser primos. — Me acerco un poco más a ella. — No siento nada por ti y si te enamoraste no es mi problema Rachel, es tuyo. Yo solo quería follarte. ¿Y adivina qué? Me dejas hacerlo siempre que yo quiero. — Cierra los ojos. — ¿Algo más?

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora