IMPERIO 34.

190 15 0
                                    

— ¿Dos putos días? ¡Fueron dos putos días en que ignoraste a Rachel de la peor manera y ahora te la follaste! — Reclama Aarón y asiento.

Sí, desde que llego solo fui capaz de ser un hijo de puta con ella dos días y luego la volví a tener debajo de mi gimiendo. Una vez más le demostré que siempre va a estar ahí para mí, aunque se resista y Aarón una vez más me está recordando que soy un idiota.

— Ya no te voy a tomar en cuenta cuando me digas que lo vas a dejar de hacer. — Suelto una carcajada.

— Te preocupas demasiado, solo me la estoy follando, uso condón, toma pastillas, ya no lo hago aquí, estamos cubiertos. — Me encojo de hombros.

— Con Hats no estás muy cubierto. — Suelto una carcajada.

— Es Hats. — Me encojo de hombros.

Por supuesto que ella no ha perdido la oportunidad de ver a Damien, pero regresamos al mismo caso, nunca vamos a ser capaces de dejarnos. Siempre seremos nosotros dos.

— En dos días me voy con mamá. — Hats me empuja para que me recueste y ella lo hace encima de mí con un suspiro. — ¿No me quieres secuestrar? — Suelto una carcajada.

— Solo serán dos semanas Hats, no te vuelvas loca. — Acaricio sus pechos con el pulgar.

— Solo lo voy a resistir por esa semana en Ibiza. — Me mira con picardía. — Necesito broncearme sin que el sostén se me quede marcado.

Preferimos evitar las playas nudistas por la prensa que se volvería loca con algo así pero aun así hemos ido un par de veces y hasta ahora no se ha hecho público, aunque no fue necesario una playa nudista como para que hubiese una fotografía mía desnudo.

— Odio que el escote se vea de dos colores. — Suelto una carcajada y la hago incorporarse.

— Si esta de dos colores. — Ladeo la cabeza.

— ¡Te dije! — Cruza los brazos y solo se elevan un poco más.

Gracias al cielo dejo esa estúpida idea de querer someterse a una nueva cirugía. Sé que es su cuerpo, pero yo también tengo derecho a opinar si planea dejarme sin sexo durante toda su recuperación. Además, no quiero que termine con el rostro de Donatella Versace.

— ¡Hats! — Sonríe.

Ya no sé si es sudor, sangre o ambas cosas las que siento en la espalda. Estoy por cortarle las uñas.

— ¡Oye! — Me golpea la espalda. — ¡Otra vez! — Suelto una carcajada.

— Te voy a cortar las uñas, te lo juró. — Se ríe. Me da un beso en la mejilla y me quita la sangre de la espalda.

— Te quiero. — La vuelvo a derribar en la cama.

Vemos televisión mientras juega con mi bóxer y yo con sus bragas.

— ¿No crees que es extraño follar con Rachel y Damien para después hacerlo nosotros? — Me encojo de hombros.

— Contigo es sin condón. — Se ríe.

Dos días después Hats se va con Grace y no voy a verla en dos semanas mientras esté en Canadá con ella, además tengo el presentimiento de que la casa de Grace Casttelot va a explotar mientras estén juntas. Ni siquiera entiendo porque la obliga a pasar tiempo con ella cuando ambas se odian.

Esa misma noche terminó en un hotel con alguien que olvidé su nombre, pero al menos funciona muchísimo mejor que esa mujer en Sídney. De verdad no me gustan las mojigatas.

— ¿Nos vemos otro día? — Niego.

— Aquí se termina. — Le guiño un ojo. — No planeo casarme con quién conocí en un club. — Me voy.

AIDAN. (Imperio #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora