AIDAN. (Imperio #3)

IMPERIO 70.

Hats.

Operación Boda.

Fase 8.
EL GRAN DÍA.
Estado: Nerviosa.

Llevamos como siete horas arreglándonos y conforme se acerca la hora los nervios crecen. Si Aidan se arrepiente es hombre muerto. Dudo que lo haga, pero pensarlo me ayuda un poco.

Juro que ya pensé en otras maneras de fracturarle en pene si se arrepiente. Aun no llego al punto de pensar en maneras de arrancarle el pene del cuerpo si se atreve a hacerme algo así; y bueno, esa es una señal de que todavía no pierdo la cordura, pero no sé por cuanto tiempo más vaya a poder seguir así.

Tenemos una hija, sería el colmo que no quisiera casarse a estas alturas. Sé que un hijo no es motivo suficiente para que un hombre se quede a tu lado, mucho menos para obligarlo a casarse. Conozco a Aidan demasiado bien, nadie lo obliga a nada. Esto lo hace por decisión propia, pero pensar en otras cosas ayuda a mis enormes nervios. Quizá sea una manera violenta de ''controlarlos'' pero nadie puede juzgar a una novia a poco tiempo de casarse.

Samadhi, Varenka y Priyanka se ven preciosas con sus vestidos, lo único que es diferente en ellas es el moño en su cintura. El vestido lo elegimos las cuatro; Rachel dio su opinión, pero me dejo elegir libremente, aunque también se trate de sus hijas. Realmente el estilo y colores ya lo sabíamos, pero ellas tenían que elegir el indicado y luego elegir los colores de los moños sin que se armara la tercera guerra mundial. La verdad es que jamás se han golpeado, que se lleven bien es un alivio para todos. Les encanta ser hermanas.

Llevo puesto algo que representa a cada familia, pero sin embargo es mucho más especial para mí lo que papá me dio. Una réplica exacta de los anillos de mis abuelos paternos, él lo habló con Aidan y no tuvo problema en que los usáramos pues sabía que significaría mucho para mí. No usamos los auténticos pues a pesar de los cuidados están algo deteriorados por el tiempo. Ni siquiera mis abuelos los usan, ellos también los sustituyeron hace algunos años.

—Tus abuelos esperaron por mucho tiempo este momento. — Papá me da un beso en la frente.

—Lo sé. Yo también amo saber que están aquí.

De hecho, hace como diez minutos hable con ambos. Ya les di a su bisnieta, a la que tanto habían deseado, amé ver su reacción cuando la conocieron algunos días después de que nació. Mi abuela sollozo al tener entre sus brazos a su bisnieta y mi abuelo no dejaba de sonreír. Hoy, su única nieta al fin va a casarse y ellos estarán presentes en un momento tan importante para la pequeña familia Casttelot.

—Te amo papá. — Toma mis manos y da un par de pasos hacia atrás para verme bien. Lo ha hecho como mil veces en diez minutos.

— Te ves preciosa nena, esto y más te mereces. — Lo abrazo luchando por no llorar. — Y la verdad no estaría nada mal otro nieto. — Suelto una carcajada.

Jamás voy a olvidar cómo sus ojos se llenaron de lágrimas cuando le dije que sería abuelo. No descarto la idea de tener otro bebé, pero por ahora no está en mis planes y sé que en los de Aidan tampoco. Samadhi aún es pequeña y quiero seguir concentrada solo en ella. Quiero disfrutar a mi hija, porque estas etapas no las volveremos a vivir con ella. Además, tengo demasiadas cosas pendientes en el tema laboral que quiero terminar antes de pensar en otro bebé.

— Jamás permitas que Aidan te ponga en segunda opción nena.

En cierto modo lo hace. Nuestra hija se robó por completo su corazón desde el momento en que nació, pero puedo con eso. Solo con nuestra hija voy a tolerar que me ponga como segunda opción.