Quería gritar, pero no salía ningún sonido de su boca. Se sintió perdido dentro de esas tinieblas que lo envolvían. No veía nada, no escuchaba nada, un terror se empezó a apoderar de él. Quiso correr, pero dio de lleno contra algo grande, era algo duro y a la vez viscoso, quiso alejarse, pero ese algo lo detuvo por los brazos, él se removió angustiado tratando de zafarse, pero lo único que consiguió fue que esa cosa lo aprisionara rodeándolo por completo inmovilizándolo, hasta el punto que le cortaba la respiración, el olor que desprendía era putrefacto. De pronto ese ente comenzó a descender como por un túnel e inexorablemente lo arrastró a él, aterrorizado trató de liberarse, pero era imposible. Fuera de sí trató de gritar para pedir ayuda, todo le dolía, al ir descendiendo sentía que partes de su piel y de su carne se desprendían y quedaban adheridas a las paredes de ese nauseabundo túnel, no supo en que momento esa criatura lo había soltado, sin embargo, lo seguía jalando hacia abajo ya que lo tenía aprisionado de uno de sus pies, él sentía que fuego lo quemaba ahí donde esa cosa lo atenazaba
***
Con horror y desesperación fue consciente de hacia donde se dirigían, podía sentirlo. El pánico se apoderó de él. Empezó a luchar, pero fue inútil, entre más lo hacía más rápido descendía y más dolor sentía, trató de pensar que podía hacer para salvarse de caer ahí, pero supo inmediatamente que no había nada más que hacer, ya todo lo había hecho, precisamente por eso se encontraba ahí, se lo merecía, se lo había ganado a pulso. Pero aun reconociendo su culpa se negaba a permanecer en ese lugar, quería salir, quería una segunda oportunidad, entonces otro destello llegó a su mente. Otra vez esos hermosos ojos mirándolo, estaba aterrada, como él lo estaba ahora, ella suplicaba aferrándose a la manta que la cubría de la fría noche con tan solo su camisón de dormir, descalza, sin nada más, él parado frente a ella con el corazón partido y lleno de rabia echándola a la oscuridad de la noche, hacia la nada, sin detenerse a pensar que podía morir ahí afuera. Un dolor agudo taladró su corazón. _ ¡Lo siento! -gritó desde el fondo de su corazón, aunque las palabras no salieron. _ ¡Perdóname! -suplicó y fue consciente de que él no le había dado una segunda oportunidad. _ ¡Perdóname!, ¡perdóname! -repitió una y otra vez dándose por vencido, dejándose llevar, no quiso luchar más, no pidió más oportunidades, cualquier cosa que le sucediera de ahora en adelante, se lo tenía bien merecido. Sus actos estaban hablando por él y no tenía defensa alguna. Luego lloró, lloró como lo haría un niño cuando sabe que nada podrá salvarlo del castigo que se avecina, como lloró su pequeño hijo cuando él sin pensar...sin investigar lo castigó tantas veces. Su corazón estaba hecho trizas, lastimó a los que más lo habían amado y lo peor de todo es que no había vuelta atrás, no podía hacer nada para reparar el daño.*****
Su descenso continuaba inexorable, empezó a sentir un calor insoportable y un olor nauseabundo dio de lleno en sus fosas nasales, quiso taparse la nariz, pero el olor seguía y se hacía cada vez más intenso, sintió ganas de vomitar, pero de su estómago no salía nada. Se dio cuenta, que el interior del túnel empezaba a aclararse, sintió miedo, una sensación desconocida empezó a invadirlo, volteó hacia abajo y vislumbró como un enorme lago de fuego se acercaba a él con rapidez, sabía que si no se detenía ahora caería irremediablemente en él. El terror entró por cada uno de sus poros y se instaló en su lastimado cuerpo, no atinó más que a cerrar los ojos, abrazarse a sí mismo y esperar a caer. Sintió como el calor se hacía cada vez más intenso, su cuerpo se quemaba, su piel se desprendía de los huesos. Gritó de dolor y supo que ese sería su destino a partir de ahora y para siempre.
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FUE MI ERROR
RomanceSantiago Morán, un hombre con un pasado oscuro y tormentoso, no sabe amar porque nunca ha sido amado. De pronto, el amor llega a su vida y sin pedir permiso se posiciona en lo más profundo de su corazón Sin embargo, él no vivirá lo suficiente, par...