CAPÍTULO 29 POR FIN LIBRES

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Damián se dejó caer en el rincón donde estaba y se abrazó a sus piernas con desolación. Estaba furioso con el personal del hospital, pero también estaba asustado. No podía perder a su hermano, no quería perderlo. Santiago era un luchador lo había visto cientos de veces caer y levantarse, pero ahora lo veía tan frágil, tan vulnerable.

No podía creer que su propia familia hubiera tramado esto, estaba seguro de que era obra de su madre, ¿hasta dónde llegaría?, ¿mandar matar a su propio hijo?, ¿por el que más predilección había mostrado siempre? No lo podía creer, pero cómo esperar otra cosa de ella, él sabía lo perversa que podía ser, ¿no se había alejado de la familia por eso?, ¿no se había marchado lejos de las garras de ella porque no quería convertirse en otro Santiago, dominado por las manipulaciones de su madre?

Gracias a Dios para ese entonces Santiago tenía el control de todo lo que había sido de su padre incluso la autoridad y eso le valió para que el pudiera salir de ahí e irse a estudiar, ya que Santiago lo apoyó en todo momento, aun levantándose en contra de ella, pero triste mente Santiago la seguía teniendo en un pedestal, esa necesidad de amor que él tenía y que ella le había dado a cuentagotas no le dejaba ver a la verdadera mujer que había detrás de ella.

Por eso él se sorprendió tanto cuando unos días atrás, Santiago lo llamó y lo hizo ir al rancho, llevando consigo a un notario público. Ahí le informó que toda su familia quedaba fuera de su testamento y redactó uno nuevo, solo incluyó a Nicolás, a Elizabeth, al pequeño Andrés a Bruno y a él. Después, le pidió cancelar las cuentas asignadas a ellos, solo dejaría una con dinero suficiente para que sobrevivieran por unos meses, mientras buscaban trabajo, después se les asignaría una pequeña mensualidad, de modo, que no quedaran totalmente desamparados, pero eso sería todo, luego se dedicó a darle instrucciones, a firmar documentos a firmar cartas poder para que el tuviera acceso a todo lo que Santiago se había reservado para manejar él mismo, como el rancho donde estaban, las propiedades de las casas donde vivían sus familiares, todo, absolutamente todo lo estaba dejando en sus manos.

Esto lo asustó, pero Santiago lo tranquilizó, solo sería provisional <<mientras arreglaba unos asuntos>> le había dicho. Él no dudó, conocía sus "asuntos" y vaya que en el pasado se había dedicado a arreglar esos "asuntos" que su perverso padre le había heredado.

Nada más morir éste, Santiago se dedicó en cuerpo y alma a enderezar lo que él había torcido, echó a todos los hombres que habían sido fieles a su padre, rompió relaciones con los socios que él tenía, rompió toda alianza con la gente que rodeaba a su padre, Todo esto lo logró gracias a que Santiago era inteligente, sagaz, era un excelente estratega, conocía todos los secretos de los negocios en los que andaba su padre y los de los hombres con los que él trataba.

Esto le valió, para poder alejar a muchos de esos hombres de él y de su familia, por medio del chantaje. Fueron tiempos muy difíciles sobre todo para él, que estuvo a punto de morir a mano de ellos en varias ocasiones.

Para su fortuna Santiago había ayudado a mucha gente a espaldas de su padre y eso le había valido a la hora de revelarse contra el crimen organizado, tenía muchos aliados dentro y fuera de él, ya que mucha gente estaba dentro obligada y cuando vieron su oportunidad de por fin ser libres la aprovecharon. Damián no podía entender por qué, ahora que en ese aspecto Santiago podía disfrutar de relativa paz su vida personal estuviera hecha un caos y su vida misma estuviera pendiendo de un hilo en estos mismos momentos.

_Vamos hermano -musitó en un murmullo. _tienes que ser fuerte, por Elizabeth... por tu hijo... por mí... -un sollozo escapó desde lo más profundo de su ser.

En esos momentos entendió, lo que no pudo comprender, cuando Santiago le informó que todos esos cambios los hacía, porque al día siguiente hablaría con su madre, hermanos y cuñados y los sacaría de su propiedad y de su vida.

Sorprendido había visto la decisión reflejada en su rostro, aunque sus ojos reflejaban una gran desesperanza y supo que no había vuelta atrás. Esta vez Santiago no caería en los encantos y manipulaciones de su madre. Por fin se liberaría de su influencia o al menos eso pensaron ambos.

Ahora, él estaba al borde de la muerte, a causa de ella y ella era una fugitiva junto con sus familiares a causa de que Santiago había denunciado el intento de asesinato de Elizabeth, así como el maltrato a su hijo.

Ahora lo entendía, si alguien más hubiera planeado esto contra su esposa e hijo, para estos momentos ya estaría muerto, pero él no podía asesinar a su propia familia, así que su único recurso era la cárcel, ¿de qué otra forma podría hacerlos pagar, sin mancharse las manos?

Los había echado de su vida, no los había desamparado en su totalidad, pero dejaría que la justicia hiciera eso, justicia, y esta vez, él no estaría para ellos y si era sincero, él tampoco, su familia se había ganado a pulso todo cuanto le sucediera.

FUE MI ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora