No puedo entender esa clase de amor. - dijo abatida aún entre sus brazos _ me sacó de su vida como si no hubiera significado nada para él. - lo miró consternada, apartandose. _ olvidando todo lo que vivimos juntos, el amor que nos teniamos , ni siquiera el saber que dejaba a mi hijo sin su madre lo detuvo. Su odio superó con creces el amor que dijo tenerme.
_ No lo justifico. - dijo él. _ pero ya le expliqué porque él era tan vulnerable respecto a su relación, la tenía colocada tan alto, que él mismo pensaba que no estaba a su altura, no estaba seguro de estarle dando todo lo que usted merecía, le conté cuál era su temor más grande, y cuando escuchó a su familia, en quien creía ciegamente, y le confirmaban sus eternos temores, aún así lo dudó, pero vio a ese hombre en su cama, con usted al lado, creo que cualquier hombre con temores o sin ellos, no lo hubiese dudado, incluso usted, si lo hubiese encontrado a él, con otra en la cama, dudo que le creyera.
Ella no contestó, en el fondo tenía razón.
_ Tanto la ama. - continuó él. _ que está pagando con su vida ahora mismo. - la miró sin reproche. _ tanto, que nada más enterarse de lo que había sucedido, de lo que le habían hecho, no descansó hasta saber quiénes habían sido los culpables.
Casi se volvió loco cuando supo que su madre y hermano habían planeado todo, por fortuna fue lo suficientemente prudente como para no ir a enfrentarlos de inmediato, o no estarían con vida en estos momentos. Pero eso no lo detuvo para averiguar quiénes habían sido los hombres que la atacaron. Supo de donde eran y fue a buscarlos.
Si algo lo caracterizó siempre, fue su sensatez, él no meterse con sus enemigos, que aún tiene muchos. Santiago se ganó su reputación de hombre duro e implacable a base de defenderse y no yendo a meterse con esa gente, aunque se lo mereciera, es por eso que tantos le temen y otros tantos lo respetan, él jamás atacó a nadie solo por hacerlo, aun cuando fuera gente perversa y desalmada, mientras él no fuera atacado o provocado, jamás tomó la iniciativa de ir en contra de ellos, siempre respetó su espacio, sus bienes, y no se diga a su gente, pero al enterarse de que esos hombres eran del grupo de Aureliano Montero, un hombre sanguinario y sin escrúpulos, que a pesar de odiarlo y de haberlo enfrentado en varias ocasiones, aún así lo respeta y le teme, de modo que cuando fue a meterse en su territorio y le presentó cara exigiendo le entregara a los tres hombres que la habían atacado, el accedió sin oponer resistencia.
***
Bruno recordó lo sucedido. Aquella tarde, Santiago estaba como loco, sus ojos reflejaban la furia y la impotencia que le causaba el no poder resolver esto a su manera y castigar a los que habían hecho daño a su querida esposa, se moria de la rabia de sólo pensar lo que le habían hecho, pero se contenía, porque sabía, que al final de cuentas, él no era mejor que ninguno de ellos, porque él, que debería de haberla protegido, había sido el primero en lastimarla. La había abandonado entregándoselas prácticamente en sus manos. Había cometido el peor error de su vida, no creerle a ella y confiar en su madre, pero... ¿cómo no creer en su madre?, era su madre, la única que siempre había estado para él, la única que lo había amado sin condiciones, la única que había dado la cara por él ante su padre, ¿Cómo desconfiar de ella? Si hubiera sabido... si hubiera escuchado a Nicolás... si hubiera puesto atención a Damián, ellos no habían estado ciegos como él, pero él los había callado cuando intentaron advertirle.Ahora lo lamentaba y se arrepentía, porque había perdido lo más valioso que alguna vez tuvo en su vida y lamentablemente ya no había marcha atrás. Ahora solo le quedaba ir por ellos y buscar justicia.
***
Bruno sentía la tensión que había en el lugar. Podía ver al grupo de hombres armados apuntando sus armas hacia Santiago y hacia él, que permanecía a su lado.Apartados de ellos se encontraba un pequeño grupo de hombres que los acompañaban, y escondidos entre los árboles del bosque, se encontraba otro grupo que los cubría por si algo salía mal.
La estrategia de Santiago era sencilla, él sabía que sus hombres estaban en total desventaja en contra de los hombres de Aureliano, pero éste no lo sabía y la seguridad con la que actuaba, hacía dudar más a Aureliano, quien estaba convencido de que, si no hacía lo que le pedía, Santiago acabaría con él y con su gente, solo que había un problema, esos tres hombres que Santiago exigía le entregara eran, uno, su mano derecha y los otros dos, eran de sus hombres más cercanos. Así que pensando rápido decidió jugársela, al parecer Santiago no sabía quiénes eran pues no mencionó sus nombres, solo había pedido les entregara a los tres hombres que habían atacado a su esposa.
Cuando él entregó a esos tres jóvenes, Santiago inmediatamente supo que no eran los que el pedía. No dijo nada, los tomó y se los llevó consigo, emprendiendo la retirada y saliendo de los dominios de Aureliano, quien satisfecho miró triunfante como Santiago y sus hombres se alejaban.
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FUE MI ERROR
RomanceSantiago Morán, un hombre con un pasado oscuro y tormentoso, no sabe amar porque nunca ha sido amado. De pronto, el amor llega a su vida y sin pedir permiso se posiciona en lo más profundo de su corazón Sin embargo, él no vivirá lo suficiente, par...