Santiago sabía lo que venía, no tuvo miedo solo había una gran expectativa. No se movió... solo esperó.
Aquél joven tiró del gatillo, el alcanzó a ver varios destellos, sintió como si algo golpeara su cuerpo, no sintió dolor solo aquellos golpes, como si algo hubiera chocado contra él, luego sintió que perdía fuerzas, su cuerpo no podía sostenerlo más, su vista se nubló, lo último que alcanzó a ver fue la mirada de incredulidad de su amigo, lamentaba haberlo engañado sabía que Bruno siempre creyó que él se defendería solo, que él manejaría la situación sin que las cosas llegaran a mayores, incluso que le diría la verdad a aquél chico, sabía que había actuado egoístamente, pero ya no había vuelta atrás.
Ahora afrontaría las consecuencias, no sabía de qué manera, pues iba a lo desconocido.***
Sintió cuando sus rodillas dieron contra el piso, no tenía fuerzas, se le dificultaba respirar, sus ojos se cerraron automáticamente mientras caía de bruces. Sus sentidos se empezaron a agudizar, todo lo contrario de lo que él esperaba, pensó que perdería la conciencia y eso sería todo... vendría el fin, pero para su sorpresa no fue así, sintió como desaparecía todo dolor, su cuerpo se sentía tan ligero que parecía como si fuese una pluma llevada por el viento, de repente comenzó a escuchar voces, algunas las reconoció, eran de sus hombres, miró hacia abajo y se dio cuenta de que estaba flotando.
Veía toda la escena, gente gritando, otra corriendo, unas más escondiéndose, Luego se concentró en el cuerpo que yacía tirado boca abajo, se desangraba rápidamente, alguien se acercó y lo volteó, no pudo reprimir una exclamación de sorpresa, era él.
Observó cómo llegaban a ayudarlo, habían apartado a Bruno que estuvo a su lado desde el primer momento. Eran dos paramédicos, empezaron a manipular su cuerpo herido, pero él ya no sentía nada, más tarde llegó un hombre de bata blanca y tomó control de la situación, supo que era un médico, este empezó a maniobrar sobre el cuerpo inerte que se encontraba en el piso, ordenó que lo colocaran sobre una camilla.
De pronto empezó a sentir una opresión en el pecho, como si le estuvieran dejando caer kilos y kilos de algo pesado, el dolor no cesaba, por el contrario iba en aumento. En ese momento llegó alguien con un aparato. Supo que le darían electroshock.
***
Empezó a sentir punzadas en el pecho. Miró hacia abajo, pero no le dio tiempo de ver lo que estaba sucediendo. Sintió que la vista se le nublaba y de inmediato algo tiró de él jalándolo hacia abajo, luego el dolor empezó a ceder y de nuevo se sintió como si flotara en una nube, pero esta vez no vio nada.La oscuridad lo empezó a envolver, luego vislumbró a lo lejos como una luz brillante se acercaba y una paz indescriptible lo empezó a inundar.
***
Una vez que se vio envuelto por aquella luz, todo dolor, toda duda, todo temor, toda ansiedad, desaparecieron. No podía pensar en nada, solo era consciente de lo bien que se sentía, de la paz tan inmensa que experimentaba, de esa quietud que tanto había anhelado siempre, principalmente, durante los últimos meses de su vida.
De pronto, un recuerdo vino a su mente, como un destello, un hermoso rostro que lo miraba lleno de desconcierto y temor, era ella, su amada esposa, luego vio el rostro de su pequeño hijo, mirándolo también con temor, esos ojos que suplicaban perdón...un perdón por algo que no había hecho. Sintió que su corazón se desgarraba, ¿Dónde estaban ellos? De pronto fue consciente de que no los vería más, de que habían quedado muchas cosas por resolver... demasiadas cosas inconclusas... ¿Que sería de ellos ahora que no estaba? ¿qué sería de su hijo? Con horror se dio cuenta de que ahora, como su heredero, él sería el blanco de ataques, intrigas, manipulaciones, y aunque ella ya no estuviera ligada a él, y nunca lo estaría, porque había sido tan clara cuando le dijo que no podía darle otra oportunidad, y no podía volver a vivir con él, o quizás no quería, eso había dolido, pero sabía que se lo merecía, el caso es, que era su madre y por ese solo hecho no podía estar segura, ambos corrían peligro, ambos quedarían desamparados, ¿quién podía contra el crimen organizado?
La ansiedad regresó como un torrente que lo golpeó y arrasó con todo. De nuevo sintió que le faltaba el aire, y en segundos una densa oscuridad empezó a envolverlo.
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FUE MI ERROR
RomanceSantiago Morán, un hombre con un pasado oscuro y tormentoso, no sabe amar porque nunca ha sido amado. De pronto, el amor llega a su vida y sin pedir permiso se posiciona en lo más profundo de su corazón Sin embargo, él no vivirá lo suficiente, par...