_ ¿Por qué se quedaron ahí? -preguntó.
_ ¿Sabe? -la miró Bruno ignorando su pregunta. _Las debilidades de Santiago solo han sido dos, su madre y usted, de ahí en fuera, no hay nada que pueda derrotarlo o intimidarlo, y ni Aureliano ni sus hombres fueron la excepción. Santiago fue por algo y lo iba a obtener, así que esperamos a que oscureciera y entrada la noche volvimos.
_Dios mío. -se tapó la boca para no gritar, se imaginaba a Santiago enfrentándose a ese montón de matones contra 7 hombres solamente y en su propio territorio, no creía que tuvieran muchas posibilidades. Una sensación desconocida se apoderó de su cuerpo, pensar que él estaba haciendo eso por ella, estaba arriesgando su vida por ella, quizás, al final de cuentas resultaba ser verdad que él la amaba todavía.
Bruno esbozó una sonrisa.
_Santiago es el hombre más listo que conozco la miró tranquilizador, el no da un paso sin estar seguro y menos si está la vida de otros en riesgo.
_Él una vez me dijo que había matado a otras personas, ¿es cierto? -lo miró con la esperanza de que le contestara que no, ella aún recordaba esa conversación.
_ ¿Has matado alguna vez? - había preguntado ella con ingenuidad.
Él le dirigió una mirada lejana e inexpresiva. Trataba de ocultar el cúmulo de sentimientos que tenía en esos momentos. De todas las preguntas del mundo tenía que haber elegido esa. No quería contestar, no quería asustarla y que se alejara de él. Como deseaba enterrar su pasado y volver como un hombre nuevo sin tacha, solo para ella.
_ ¿Ves la paz que hay en éste lugar? -señalo con la mano, _ ¿has visto por los alrededores gente armada a excepción de la mía?... Sí, si he matado... Por defender mi vida y la de mi familia lo volvería a hacer, por defender a mi gente, no lo dudaría.
Un escalofrío volvió a recorrer su cuerpo, como en aquella ocasión, con la diferencia, de que ahora no estaba él que la abrazara como entonces. Un abrazo tan tierno tan lleno de emociones, que minimizó la gravedad de su confesión.
_ ¿Desconfía de él? - la devolvió Bruno a la realidad, tratando de evadir la pregunta.
_No... Pero...
_Lo sé - dijo. _ tenía la esperanza de que no fuera así, ¿verdad?
Ella asintió.
_ Santiago se esforzó tanto por ocultar su pasado de usted, no era miedo, era un terror el que tenía de perderla y si, si mató, pero no como usted cree... no como todos creen. Se le achacan cientos de muertes, de las cuales unas cuantas son reales y siempre fue o en defensa propia o por defender a alguien más...<<como a mí>> -quiso decir, pero no lo hizo. _La mayoría de esos muertos andan por ahí como esos tres jóvenes que están en la sala de espera, con una nueva vida y una nueva oportunidad, muchos de ellos aun con sus familiares más cercanos ya a su lado.
_ ¿Que intenta decir? ¿El hacía eso? -lo miró sorprendida.
_Lo hacía y lo seguirá haciendo. Porque aún queda mucho Santiago por delante. -se quebró su voz.
_¿Y por qué permite que su imagen esté manchada de esa forma?
_Porque si no lo hiciera así, estaría muerto. En este ambiente, que por cierto el no escogió, sobrevive el más fuerte, el más perverso, el más ruin, y aunque es a base de mentiras, Santiago es el más fuerte, y todos creen que el más perverso, porque es astuto, inteligente y valiente, con la diferencia, de que el usa esos atributos para el bien y el provecho de los demás.
_ ¿Por qué él no me dijo todo esto? -las lágrimas asomaron a sus ojos.
_Como le dije, una de sus debilidades es usted, y él no quería que usted conociera su lado oscuro.
_ ¡Pero no hay lado oscuro! - dijo con veemencia. _ ¡él es bueno!
_Para llegar a la posición en la que él está, y moverse en el ambiente, en el que él se mueve, es necesario hacer cosas que uno no quisiera hacer, créame, el matar a otro ser humano, sea quien sea o por los motivos que sean, no es nada fácil ni agradable y aún en ese aspecto Santiago se estaba ablandando.
Ella lo miró sin entender.
_¡Si! - dijo Bruno. _ en otro tiempo, él no hubiera dudado en matar a esos tres infelices que la atacaron, sin embargo, una vez que los sacamos del rancho de Aureliano y de que se confirmó que eran ellos en verdad, a todos nos sorprendió la decisión que tomó Santiago, de entregarlos a la autoridad y no de matarlos en el bosque como merecían, nadie se hubiera dado cuenta, salvo Aureliano y sus hombres, por lo obvio de la situación. Y ellos no podían reclamar, primero porque quisieron burlarse de Santiago y eso de por sí ya los ponía muy nerviosos y segundo porque era más grande el temor hacia Santiago que lo que ellos pudieran hacer al respecto.
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FUE MI ERROR
RomanceSantiago Morán, un hombre con un pasado oscuro y tormentoso, no sabe amar porque nunca ha sido amado. De pronto, el amor llega a su vida y sin pedir permiso se posiciona en lo más profundo de su corazón Sin embargo, él no vivirá lo suficiente, par...