Santiago estuvo en su rancho todo el fin de semana, no regresó hasta el domingo para ir al pueblo a recoger a Andrés.
Estaba nervioso, no quería enfrentarse a ella pero a la vez deseaba volver a verla, se daba cuenta de que la necesitaba tanto como el aire que respiraba, estaba confundido, alterado, y no había nada que calmara sus sentimientos.***
Elizabeth miró desde la ventana como Mariana entregaba el niño a su padre, sintió una punzada de celos y de ansiedad al ver como el niño corría contento y se arrojaba a los brazos de él. Si bien Andrés no había preguntado por él, en el tiempo que permaneció con ella, era evidente que un gran lazo los unía y que ambos se amaban.Ese recibimiento por parte de ambos lo decía todo.
De pronto su corazón dio un vuelco cuando Santiago levantó la vista y la sorprendió en la ventana, sus miradas se cruzaron. Ahí estaba él, irguiéndose cuan alto era, con su hijo de la mano, mirándola con esos ojos grises que la habían hecho suspirar tantas veces, tan atractivo, tan varonil. Deseó tanto que fuera ella la que estuviera a su lado, tomada de su mano, como en los viejos tiempos. A un movimiento de él, que se había quedado estático en medio de la calle, observándola se dio cuenta de su insensatez y se apartó con rapidez, no quería provocar su enojo, no lo soportaría, no ahora, que empezaba a superar el terror que le provocaba el pensar siquiera en él.
***
Santiago abrazó a Andrés, estaba feliz de tenerlo de nuevo, sin embargo se sintió frustrado al ver que no era Elizabeth quien se lo entregaba sino su amiga. Rápidamente se puso a su altura y lo abrazó con ternura. Lo había extrañado tanto, de pronto levantó la mirada y ahí estaba ella... tan hermosa, tan etérea como siempre, era como algo inalcanzable, algo que por más que se esforzara nunca iba a tener, sintió impotencia por no poder estar a su lado, hablar y resolver sus diferencias, quería que le dijera, en qué había fallado, ¿no le había dado el cariño suficiente?, ¿No había apoyado sus proyectos? ¿No la había amado lo suficiente...? ¿le había fallado en lo económico...? ¿cómo hombre...? ¿era eso...? ¿por eso se había buscado a otro...?, un rictus de dolor se dibujó en su rostro, luego sus ojos se tornaron oscuros y fríos, en ese instante ella sobresaltada se alejó de la ventana, lo último que él vio fue su rostro asustado, ¿por qué él le provocaba tanto temor? se preguntó por enésima vez.***
Esa semana transcurrió angustiante para Elizabeth, estaba asustada y temerosa, no quería ni pensar en la reacción de Santiago cuando se le notificara que Andrés no regresaría con él y que probablemente perdería la custodia.Las pesadillas habían regresado con mayor intensidad, pasaba noches enteras sin dormir, pero el pensar en su hijo y saber que por fin estaría lejos de esa gente le daba ánimos y la impulsaba a luchar y a enfrentar lo que fuera, incluso la muerte... Si, enfrentaría aún a la muerte con tal de evitarle a su hijo pasar por lo que sea que le hubieran hecho en ese lugar.
***
Grande había sido su sorpresa cuando después del tercer fin de semana de tener a su hijo con ella y de escucharlo quejarse al tocarlo o abrazarlo, y de llevarlo a hacerse un examen médico tras la sugerencia de Gustavo y sus amigas, el médico les informó que el pequeño presentaba síntomas de maltrato, su pequeño cuerpo presentaba múltiples cicatrices en diferentes partes, así como moretones y golpes recientes, también les informó que había notificado del hecho a las autoridades por lo que se haría una exhaustiva investigación.Ese día Elizabeth lloró como no lo había hecho nunca, se imaginó a su pequeñito solo, entre ese grupo de desalmados, indefenso, temeroso, sin que nadie lo defendiera. Eso era algo que jamás le iba a perdonar a Santiago, quizás alguna vez hubo algún deseo de perdonar el que la hubiera mandado asesinar, esos hombres se lo habían dicho... él los había enviado, pero atentar contra su propio hijo, ese hombre que alguna vez amó debía de estar demente. No podía entender que es lo que lo movía a atentar contra su propio hijo.
El Santiago que ella había conocido, ya no existía, o quizás, nunca hubiese existido.
Había sido su anhelo de sentirse amada, su mente fantasiosa, la que lo había colocado en un pedestal cuando él mostró interés en ella, cuando le dio lo que toda la vida le había hecho falta, amor, fue por eso que no se dio cuenta de lo que se escondia detrás de él, había gente que decía que era un monstruo, un desalmado, un asesino, siempre pensó que mentían, cara había pagado su ingenuidad y había tenido que experimentarlo en carne propia , para comprender quien era él en realidad, ¿que podía pensar de un hombre que ni su propio hijo se le escapaba?
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FUE MI ERROR
RomanceSantiago Morán, un hombre con un pasado oscuro y tormentoso, no sabe amar porque nunca ha sido amado. De pronto, el amor llega a su vida y sin pedir permiso se posiciona en lo más profundo de su corazón Sin embargo, él no vivirá lo suficiente, par...