Lizzy... Lizzy. -repetía Santiago angustiado, había sentido sus suaves manos acariciar las suyas y luego su rostro, cuando tocó sus labios un cúmulo de recuerdos y sensaciones se apoderaron de su cuerpo, pero duró tan solo unos segundos, porque luego escuchó con angustia la voz de su madre, escuchó ruidos y voces gritando alteradas, supo que Elizabeth estaba en peligro, luego escuchó un disparo y el grito de ella, eso alteró sus sentidos, lo que lo hizo reaccionar, como nunca lo había hecho, su amada Lizzy estaba en peligro, tenía que ayudarla, pero su cuerpo lo tenía prisionero, tenía que luchar por salvarla, se esforzó como nunca lo había hecho y de pronto... su cuerpo respondió, sus miembros obedecieron a su cerebro, pero ahora que era libre, varias manos lo retenían aprisionándolo, sin posibilidad de movimiento, sin permitirle acudir en auxilio de su Lizzy. Intentó luchar, pero ellos eran más y más fuertes que él.
Sintió como le inyectaban algo en el brazo y un adormecimiento empezó a recorrer su cuerpo de nuevo. Su último pensamiento fue para ella, su amada Lizzy
***
Cuando Damián regresaba del consultorio del Médico, quien lo había mandado llamar, se dio cuenta de que algo pasaba, cuando observó como médicos y enfermeras corrían a la habitación de Santiago, un mal presentimiento se apoderó de él y corrió, cuando llegó a la habitación la escena que miró lo dejó impactado. Médicos y enfermeras luchaban con un Santiago fuera de sí, que repetía una y otra vez el nombre de Lizzy y trataba de bajar de la cama, mientras que Elizabeth, aún en el piso, intentaba levantarse en vano, como si sus piernas no le respondieran, a su lado estaba un arma tirada. Damián corrió a su lado angustiado, quizás se encontraba herida._ ¿Estás bien? - la ayudó a incorporarse. - sus ojos cristalizados mostraban la angustia vivída momentos antes.
_ Si. - dijo en un susurro abrazándose a él. Su cuerpo se sacudía en un temblor incontrolable. Era lo que esa mujer provocaba en ella.
_ Todo estará bien. - la rodeo con sus brazos protectores, mientras miraba lo que sucedía con su hermano y la lucha que sostenía con médicos y enfermeras, hasta que fue perdiendo fuerza y de nuevo se quedó quieto.
Una vez reestablecida la calma y constatando que nadie había salido herido Damián se dejó caer exhausto en un sillón de la sala de espera. Mentalmente se recriminó por cometer el mismo error dos veces, dejar a su hermano solo. Era obvio que su madre no se daría por vencida, era demasiado lo que tenía que perder si Santiago sobrevivía y ahora no solo él corría peligro, también Elizabeth. Con horror se percató de que su madre los tenía vigilados, solo así se explicaba el que llegara en el momento justo, cuando no había nadie.
***
Santiago se removió incómodo, todo le dolía, sentía como si un camión hubiese pasado por encima de él. Estaba cansado de tanto ir y venir, las enfermeras y los médicos no lo dejaban en paz, desde que despertó del coma, era hacer estudio tras estudio, se sentía fastidiado. Su único consuelo era poder ver y hablar con su hermano, aunque no siempre podía estar en su habitación, él sabía que estaba en la sala de espera, al igual que su incondicional amigo Bruno._Bruno. -pensó. _hasta cuando se cansaría de seguirlo, parecía un perrito fiel tras de su amo, prácticamente se había convertido en su sombra y él lo había llegado a considerar como un hermano, ¿que no sabía Bruno de él?, conocía hasta los secretos más recónditos de su alma, él lo había visto en sus mejores y en sus peores momentos y siempre estaba dispuesto a tenderle una mano. Agradecía tanto que estuviera ahí.
Escuchó cuando la puerta se abrió.
Deseaba con toda su alma que fuera Elizabeth, pero a la vez no quería verla, no tenía nada que ofrecerle más que provocar su lástima y no lo soportaría, aunque había algo que deseaba hacer y no había tenido tiempo, pedirle perdón, dudaba mucho que lo perdonara y él se lo merecía pero se lo debía, estaba arrepentido de no haberlo hecho en su momento, por poco y muere sin decirle cuán arrepentido estaba de lo que había hecho y de todo lo que provocó por su insensatez y su cobardía, aun así, se resistía a verla de nuevo, la última vez lo había rechazado y aún no se sobreponía a ello, por supuesto no la culpaba, pero no estaba preparado para un nuevo rechazo, así que se conformaría con pedirle perdón a través de una carta o cualquier otro medio del que pudiera valerse.
_ ¡Santiago! -escuchó la voz de su hermano. _ ¿cómo te sientes hoy? -se acercó a él.
_Disfrutando mis vacaciones -dijo sarcástico.
Ambos rieron, aunque para él hasta eso representaba un gran esfuerzo.
_ Acabo de hablar con los médicos. -le informó. _Aún los tienes sorprendidos con tu recuperación.
_ ¡No es para tanto!
_ ¿Que no es para tanto? -lo miró incrédulo. _ ¡tienes cinco disparos en el cuerpo, podrías estar muerto!
_Estoy empezando a creer que el dicho que dice "hierba mala nunca muere" es cierto -dijo con humor negro.
_No eres malo -lo reprendió Damián serio. -no le gustaba que él se considerara así cuando todo lo malo que había hecho, lo había hecho obligado, y cuando tuvo libertad de acción había dedicado su vida a reparar el daño causado no solo por él, sino por su padre y aún los ocasionados por los enemigos de su padre.
Él sonrió con ironía.
_Depende de a quién le preguntes -lo miró con cansancio. _Si le preguntaran a Lizzy, estoy seguro de que no opinaría lo mismo.
_Por cierto -dijo Damián. _ ella está afuera esperando que le permitas entrar a verte.
Él lo miró sobresaltado, no quería... no quería verla, que le diría a una mujer a la que le había destrozado no solo el corazón, el alma, la vida misma, ¿cómo podía verla a los ojos y fingir que no había pasado nada?, no... no podía, desde la última vez que la vio cuando salió de su casa aquél día, había tomado la determinación de no verla más, no la buscaría, no la llamaría, es más , ni siquiera la miraría de lejos, ella merecía rehacer su vida, cuando menos eso si podía hacer por ella, aunque a él le fuera la vida en hacerlo.
_ ¡Santiago, no seas necio! -lo recriminó cuando supo que no cedería.
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FUE MI ERROR
RomanceSantiago Morán, un hombre con un pasado oscuro y tormentoso, no sabe amar porque nunca ha sido amado. De pronto, el amor llega a su vida y sin pedir permiso se posiciona en lo más profundo de su corazón Sin embargo, él no vivirá lo suficiente, par...